Fue «deturpada, desconsagrada y, luego, transformada en una fábrica», ha recordado el Papa Benedicto XVI con ocasión de la celebración de los cien años de su consagración. Es la catedral de la Madre de Dios, ubicada en Moscú, «un símbolo luminoso de la fuerza de la fe», según el Pontífice.

El Papa valora en una carta dirigida al cardenal Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y su enviado especial para las celebraciones por el centenario, que la historia de este templo es una «historia de sufrimiento y redención».

Según Benedicto XVI, que revela haber acogido «con alegría» la noticia de los festejos por el centenario, la iglesia participó de la suerte de los creyentes rusos, de sus sufrimientos.


Los festejos incluirán varios conciertos de música sacra, la inauguración de un monumento dedicado a la Madre Teresa de Calcuta, una exposición fotográfica, la presentación de un libro y de la película dedicada a la historia de la catedral moscovita.