Fragmento de "La compañía del capitán Reijnier Reael y el teniente Cornelis Michielsz Blaeuw" de Frans Hals y Pieter Codde, (16331637). Óleo sobre lienzo, 209 x 429 cm. Ámsterdam, Rijksmuseum. Préstamo de la Ciudad de Ámsterdam


Es una buena coincidencia cronológica, aunque nada señala el Catalogo al efecto,  ya que este año 2009 hace cuatrocientos que la Monarquía Católica firmo la famosa Tregua de los Doce Años que de hecho significaba el reconocimiento por los Austrias Menores de la independencia de Holanda y la futura Bélgica, es decir los llamados Países Bajos, aunque solo hasta el final de Carlos II esta independencia fuera oficialmente reconocida. Los Países Bajos eran la gravosa herencia que se incorpora a la Corona española a través de la Casa de Borgoña y de la mano del nieto de Carlos El Temerario, Felipe el Hermoso. 

Las llamadas Provincias Septentrionales ocasionaron a España fuertes perdidas económicas y militares. Flandes como reconocía el poeta era el pozo sin fondo donde acababan la plata y el oro que venían de América. Nuestros Tercios , invencibles hasta Rocroy, regaron con sus sangre sus pantanosas tierras. Esta pesada carga que Felipe II decide entregar a su hija Isabel Clara Eugenia casada con el Archiduque Alberto, para aligerar la carga militar de la monarquía española, vuelve a nuestras manos al carecer de descendencia la joven pareja real. Fue un cáncer perpetuo para la Monarquía. De ahí el poco interés que tanto Carlos como Felipe II tuvieron por el arte que surgía de la mano de sus artistas y con el patrocinio de la incipiente burguesía dedicada al negocio marítimo. Por eso la colección real esta muy menguada de obras. De hecho la primera de las tres salas que integran la exposición, dedicada a los cuadros que se guardaban en el viejo Alcázar madrileño y en el palacio el Buen Retiro, recoge las escasas obras adquiridas por los Austrias. Son trece paisajes atribuidos a van Swanevelt, Both y Aselijn que decoraron los salones el Buen Retiro mas cinco cuadros de temática variada entre los que destacan los de Salomón de Bray y Mathias Stomn. Estos, hasta la llegada a las colecciones reales de la única obra de Rembrandt existente en el Prado, gracias a Carlos III, “Judit en el banquete de Holofernes” mas conocida como “Artemisa” , eran las piezas mas valiosas del Prado en cuanto a pintura holandesa se refiere.

La sala segunda incluye la colección reunida por los Reyes de la casa de Borbón, especialmente Felipe V y su segunda esposa. Se produce un giro copernicano en nuestra política exterior y de defensa y ello justifica el cambio en la política de adquisiciones artísticas. La Reina Farnesio apasionada coleccionista, adquirió una importante serie de cuadros generalmente marinas, paisajes, bodegones, cacerías y escenas  históricas. Una de ellas que recuerda mucho el celebre cuadro de “La ronda de noche” de Rembrandt y que pertenece a su escuela, se muestra en dialogo histórico con una reproducción de “La rendición de Breda” velazqueña para visualizar el estilo español de visualizar la paz en la guerra frente a la  manera flamenca.  

Rembrandt: La Ronda de Noche

La tercera de las salas incluye las obras holandesas integradas en el Prado desde el siglo XIX a nuestros días gracias a legados, donaciones y dacion de impuestos. Destacan los retratos salidos del pincel de Gaspar Netscher, y el famoso “Filosofo” de Koninck, uno de los grandes discípulos de Rembrandt. Casi todas ellas han sido restauradas con vistas a esta exposición y su inclusión en el Catalogo de pintura holandesa del Museo. Estamos pues ante una magnifica oportunidad de contemplar hasta el dia 11 de abril de 2010 una parte de los desconocidos fondos de una e las primeras pinacotecas del mundo , si no la primera de ellas.