A las 8.45, en el Museo de Bellas Artes de Budapest, el Papa Francisco ha sido recibido por János Áder, presidente de la República húngara desde 2012, y por el primer ministro, Viktor Orbán. Era su primera parada tras llegar a Budapest, camino de la misa de clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional.

Según una nota vaticana, estaban también presentes el cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano, y el arzobispo Gallagher, secretario vaticano para las relaciones con estados. Los temas de que hablaron fueron, entre otros, el papel de la Iglesia en el país, el compromiso con la protección del medio ambiente y la promoción de la familia.

(Lea sobre las eficaces políticas de familia húngaras aquí en ReL).

La prensa generalista esperaba esta encuentro porque mientras el Papa suele predicar acerca de abrir las fronteras de los países de Europa, Viktor Orbán critica a menudo la inmigración desordenada de población no europea. Francisco, al hablar de inmigración suele matizarlo repitiendo los verbos "acoger, proteger, promover e integrar", para señalar que la acogida implica asegurar procesos de integración y que el inmigrante debe adaptarse al país de recepción.

Francisco con el presidente, primer ministro y viceprimer ministro de Hungría en Budapest; a la izquierda, la delegación vaticana, a la derecha los mandatarios húngaros

Viktor Orbán es protestante calvinista, pero sólo lo empezó a ser en los años 90, al despegar en política, porque durante los años de la dictadura comunista era ateo.

La esposa de Orbán, Anikó Lévai, y sus 5 hijos son, en cambio, católicos.

János Áder, un presidente católico

En cuanto al presidente János Áder siempre fue católico y activista pro-democracia durante la dictadura, participando en las famosas "round table talks" que a finales de los 80 pedían verdadero pluripartidismo en Hungría. Está casado con la juez Anita Herczegh (que es hija de un antiguo juez del Tribunal Internacional de La Haya) y tienen 4 hijos.

En 2021, Áder y su esposa han puesto en marcha la Fundación Regoczi para ayudar a 400 familias de niños que han perdido a sus padres en la pandemia del coronavirus. El nombre de "Regoczi" se refiere al sacerdote católico István Regöczi que acogió a cientos de niños huérfanos y desplazados durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo judíos, por lo que en 2017 fue declarado Justo entre las Naciones por el memorial Yad Vashem. El régimen comunista encarceló al padre Regoczi por publicar folletos religiosos. falleció en 2013, con casi 98 años.

El presidente húngaro János Áder (con bigote) recibe un cuadro, regalo del Papa

El Papa ha regalado al presidente Áder una copia en mosaico de la ‘Bendición papal en la Plaza de San Pedro’, una pintura al óleo de Ippolito Caffi realizada a mediados del siglo XIX, que se conserva en el Museo de Roma. El mosaico fue realizado por los artistas del Estudio de Mosaicos del Vaticano entre enero y abril de 2020.

Tras la cita, Victor Orbán publicó un breve mensaje en sus redes sociales: "Le pedí al Papa Francisco que no deje perecer la Hungría cristiana".

El cristianismo en Hungría

Hungría tiene 9,8 millones de habitantes, de los que la mitad declaran ser católicos (con una minoría de católicos de rito bizantino). Aproximadamente un millón y medio de húngaros se declaran protestantes (de la Iglesia Calvinista Reformada Húngara).

La Iglesia Católica cuenta con 9 diócesis y 4 archidiócesis metropolitanas. El cardinal Peter Erdo, al frente de la arquidiócesis de Esztergom-Budapest será el anfitrión del Pontífice.