La argentina de ascendencia vasca Máxima Zorreguieta es ya la Reina consorte de Holanda, después de la abdicación el martes de la Reina Beatriz y la entronización de su hijo Willem-Alexander, con quien Máxima está casada en un matrimonio del que han nacido tres princesas. Máxima y Willem se conocieron en una cita típicamente española: la feria de abril, en Sevilla.

La casa real de Holanda se presenta siempre como firmemente protestante, como un signo de identidad del país... pero lo cierto es que en Holanda, con 16,6 millones de habitantes, los protestantes son pocos: apenas 2,5 millones (menos de un 15% de la población), mientras que los católicos son 4,1 millones (casi un 25% de la población).

Es cierto que ni unos ni otros son apenas practicantes. Un estudio de 2007 de la Universidad de Nimega calculaba que en un domingo cualquiera solo 200.000 católicos se encuentran en misa.

También es cierto que el país cuenta con casi un 6% de musulmanes, y que más de la mitad de los holandeses se declaran "sin religión".

Por eso, con apenas un 15% de población protestante, es chocante que Máxima tuviera que conseguir un permiso del Parlamento para poder mantenerse como católica al casarse con Willem-Alexander, en una ceremonia civil en 2002, seguida de un intercambio de votos matrimoniales ante un pastor luterano y un sacerdote católico.

Algunas fuentes aseguran que Máxima también se comprometió a educar en el protestantismo a los hijos que nacieran de esta unión, aunque no es algo en lo que la prensa haga mucho hincapié.

Por otra parte, el catolicismo de Máxima (y su argentinidad) le han permitido saludar con afecto y cercanía al nuevo Papa Francisco, argentino en Europa, como ella, pero hasta el momento ella no ha demostrado ningún especial fervor religioso.

Mantener la ficción de una Holanda protestante hoy es engañarse, pero los católicos del país, aunque sean la comunidad más numerosa, distan mucho de ser una iglesia vibrante y evangelizadora. Hoy por hoy, no parece que la nueva reina vaya a marcar una diferencia. Aunque, con un paisano argentino en el Vaticano... ¿quién sabe?