El corredor jamaicano Usain Bolt ha conquistado al público y la prensa mundial con su fabulosa actuación en Londres 2012 al ganar los 100 metros en apenas 9,63. Todos hablan de “la mejor carrera de la historia”, no sólo por Bolt sino también por sus competidores: siete corredores por debajo de los diez segundos, algo que permanecerá como la gran imagen de los Juegos de Londres.

Bolt, que consolidaba así su título de hace 4 años en Pekín, apareció ante millones de espectadores realizando la señal de la cruz, y llevando al cuello un símbolo religioso cristiano.


Esto es algo que las actuales normativas británicas dificultan al personal que trabaja en instalaciones públicas. Los tribunales británicos incluso permiten a las empresas privadas que prohíban o multen a sus empleados que lleven símbolos religiosos aunque sean pequeños y no ostentosos, como una crucecita.
 
Así, los atletas están dando una visibilidad a la fe en Londres que las autoridades británicas tienden a ocultar.

Por el momento, Gran Bretaña aún no penaliza a sus deportistas que expresan su devoción en el estadio olímpico. Así, el ganador de la carrera de los 10.000 metros, el inglés musulmán Mohamed Farah, de origen somalí, se arrodilló en la pista, al acabar su exigente prueba y agradeció a Dios el éxito. Hay quien se pregunta si dentro de unos años podrá volver a expresarse en público así en terreno inglés, dadas las actuales tendencias de restricción de la expresión religiosa.


Otra historia relacionada es la de la joven judoka de 18 años Wojdan Shaherkani, la primera mujer de Arabia Saudí que compite en unos Juegos Olímpicos, convirtiéndose en un punto visible para todas las mujeres de la teocracia saudí, muy limitadas en sus libertades y movimientos.

Los responsables olímpicos de la Federación de Judo se oponían a que la chica compitiese con velo, señalando el peligro de asfixia que puede comportar en este deporte en que los luchadores se enzarzan en llaves y agarrones. Pero la delegación saudí insistió y al final Wojdan pudo llevar su velo durante los 82 segundos que duró su combate.

Aunque fue derrotada piensa volver con velo a Rio de Janeiro dentro de 4 años. Pero Brasil es muy distinto de Inglaterra: es uno de los países más religiosos del mundo y muy dado a la expresión desinhibida.