El proyecto del Gobierno británico de cambiar la definición del matrimonio para incluir a parejas homosexuales recibió este domingo la oposición frontal de los católicos en Gran Bretaña.

En las celebraciones litúrgicas de este fin de semana se leyó en 2.500 iglesias de Inglaterra y Gales una carta del arzobispo de Westminster, la más alta autoridad católica fuera de Escocia, en la que denunció la reforma propuesta por conservadores y liberales como "un paso profundamente radical" que diluirá la "naturaleza distintiva del matrimonio".

Vincent Nichols adviertió en su misiva que "un cambio en la ley transformaría de forma gradual e inevitable la percepción en la sociedad de la finalidad del matrimonio", y se enfrentóabiertamente al Ejecutivo al afirmar que "ni la Iglesia ni el Estado tienen el poder de cambiar esta noción fundamental del matrimonio". Los católicos británicos escucharon en las misas de este domingo su preocupación por una posible pérdida de la importancia de "la complementariedad entre el hombre y la mujer".

"Tenemos el deber de hacer todo lo posible para asegurarnos de que el verdadero significado del matrimonio no se pierde para las generaciones futuras", señaló el prelado.


El Gobierno se muestra incómodo ante las críticas de las iglesias, y ha intentado suavizar algunos aspectos de la reforma para contentarlas.

Por ejemplo, la ley no obligará a que las ceremonias religiosas tengan la obligación de incluir las de parejas homosexuales.

Se espera, además, que el introduzca una nueva pregunta en la consulta pública que lanzará esta semana, no ya sobre el "cómo" de la reforma, sino sobre la conveniencia en sí de modificar la definición de matrimonio.