El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, concedió este lunes el doctorado honoris causa a título póstumo por la Universidad Católica de Valencia al expresidente Adolfo Suárez. Además, el purpurado anunció la creación de la Cátedra de Derecho Constitucional de la que el propio Suárez será catedrático honorario.

Todos los españoles le debemos un honda gratitud por su servicio sacrificado a toda España. Fue un hombre de paz que trabajó por la unidad, diálogo y entendimiento entre los españoles; fue también un hombre de la verdad, en el que no había engaño ni falsedad, sin doblez. Como hombre libre que entregó su vida por los demás necesitamos profundizar en su enseñanza, en su vida, en el mensaje de su manera actuar y de su carrera política”, dijo Cañizares, también gran canciller de esta universidad.

Para el arzobispo valenciano, Suárez fue primordialmente un político “en el que siempre estuvo presente la preocupación por el ser humano; convencido de que el entendimiento es posible, actuó en la Transición política, de modo que gracias a él esta pudo llevarse a cabo. Hoy, precisamente necesitamos el espíritu de la Transición, es posible la unión entre españoles que Suárez consiguió en la Transición”.

Un presidente que creyó en el entendimiento entre españoles

Hombre “de arraigada y profunda fe cristiana, se volcó por ello en la creación de una Constitución de la concordia”. Ser cristiano no debe quedarse “en la esfera de lo privado”, opinó Cañizares, poniendo como ejemplo al expresidente del Gobierno de la UCD, que trató de actuar “en cristiano” en la vida pública, siendo así “un presidente para todos; por ello se consiguió hacer una Constitución de todos”.

Recibió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, según el Gran Canciller de la UCV porque trabajó “por la paz, la reconciliación, el diálogo y el entendimiento de todos los españoles”. 

“Su sacrificado servicio a España como presidente de la nación fue posible por su fe, por su personalidad tan rica y ejemplar. Tuvo un gran amor a la Iglesia, fue un ejemplo moral, un padre y marido dedicado a su familia, y un político al servicio del hombre y de la humanidad, sensible a la universidad y cultura Era una persona sencilla, de trato cordial inigualable, de riqueza de espíritu y con una libertad que hacía que a su alrededor todos nos sintiéramos libres”, apuntó.

Igualmente, el cardenal Cañizares subrayó que Suárez, fue un gran defensor del derecho a la vida y el derecho a la enseñanza, consagrados por la Constitución: “No podemos ceder en la defensa del artículo de la libertad de enseñanza porque lo que está en juego es decidir quién educa: el Estado o la familia”.

Asimismo, la figura del político abulense llama “a pensar “en cristiano” a la Universidad Católica de Valencia: “Hemos de atrevernos a regar la sociedad del verdadero humanismo, ser capaces de dialogar y colaborar con todos”.

“Hoy, con toda certeza, es un gran día para las comunidades universitarias. No os podéis imaginar la emoción, agradecimiento y gozo que me embarga; era una deuda que teníamos. Esta universidad católica, sin su actuación tan decisiva, no existiría, como tampoco tantas otras”, expuso también el Cardenal Cañizares.

La "virtud cristiana" de Adolfo Suárez

Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno de la Transición, describió a su padre como “un humanista cristiano metido a político” en su nombramiento como doctor honoris causa por la UCV: “Ha sido el único capaz de meter a España entera detrás de una sola Constitución que por primera vez en nuestra historia no era una imposición de una parte de España sobre la otra. Mi padre cultivó fundamentalmente una virtud cristiana: el desprendimiento. Y fruto de ello nació la concordia que guio sus acciones políticas”.



“La concordia entre los españoles está gravemente amenazada en nuestros días. Pero creo que los españoles somos capaces de conjurar esa amenaza que se cierne sobre nuestra concordia. Construyamos un futuro común sobre los principios y valores sobre los que fundamentamos nuestra existencia como nación. Ese futuro no puede construirse al margen de los ciudadanos sino con todos”, ha aseverado. 

Para Suárez Illana la universidad debe empujar a “confrontar la propia manera de pensar y las propias creencias con otras”. Esta ha de ser el marco en el que “repensar las oportunidades perdidas en España, sucedidas por dos causas: el fanatismo y la discordia”.

“El proyecto de unión de España de los Reyes Católicos llevó a nuestro país a liderar el mundo en treinta años. En 1975 no nos hicieron falta treinta, sino sólo tres para asombrar al mundo entero, con una transición política ejemplar que hoy se sigue estudiando en universidades del extranjero”, ha resaltado.

Lo que hizo “excepcional” al proceso de transición en España fue para Suárez Illana la “forma” en que se hizo: “Era un país dividido, que venía de una guerra fratricida y cuarenta años sin libertades políticas. Aun así, fuimos capaces, sin quebrantar una sola ley, de transformar aquel Estado, con el acuerdo de todos, en otro social, democrático, de Derecho, bajo la forma de una moderna monarquía parlamentaria, comparable a las mejores del mundo. La receta de la concordia para hoy es sencilla, la misma de entonces, fijar objetivos comunes y aceptar sacrificios personales”.