Es muy difícil para un musulmán hacerse cristiano en Marruecos. Cuando lo haga, empezará la persecución. Quizá espere poder pedir asilo como cristiano perseguido en la vecina España, pero en la práctica parece imposible que consiga incluso realizar la petición, como denuncia un reportaje de El Faro de Ceuta.

Hace 4 años, en 2015, el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, acudió a Ceuta a inaugurar una oficina que gestionaría las peticiones de asilo. El ministro Fernández Díaz la calificó, durante su inauguración el 16 de marzo de 2015, como un “impulso al respeto de la protección de los derechos humanos en las fronteras”.

En cuatro años, denuncia el periódico, desde su inauguración ni una sola persona ha pedido asilo en esa oficina.

Fernández Díaz, en 2015, inauguraba la oficina de asilo de El Tarajal; en 4 años no ha ayudado a ningún cristiano perseguido de Marruecos... ni a nadie más

Se calcula -nadie tiene cifras reales- que hay unos 9.000 cristianos de nacionalidad marroquí, conversos a la fe cristiana, la mayoría de ellos protestantes, algunos católicos. Viven su fe en secreto y sus familias y jefes pueden represaliarles si lo saben.

¿Cómo es que ninguno ha pedido asilo en Ceuta? Porque, simplemente, no pueden llegar: la oficina creada para atender a marroquíes perseguidos no está al alcance de los marroquíes perseguidos.

"La Policía no nos permite el acceso"

Mostafa, un profesor marroquí que en 2016 se convirtió al cristianismo, explica en El Faro de Ceuta su deseo de pedir asilo en la oficina. También lo hace Issam, otro marroquí.

“No sabemos cómo llegar, la Policía de Aduanas no permite el acceso, nos piden documentación, una visa. Si necesitamos protección y no llegamos, ¿cómo la podemos tener?”, dicen. “Tal vez tendremos que arriesgar nuestras vidas en el mar para llegar al destino español y buscar asilo”.

El paso fronterizo del Tarajal, donde está situada la oficina de asilo, está cada vez más blindado para los ciudadanos de Marruecos a los que se les exige todo tipo de documentación para entrar en Ceuta. Así, no se les deja acceder a la oficina de asilo que se creó en Ceuta, en El Tarajal, precisamente para recoger las peticiones.

En agosto de 2018, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, explicando unas "expulsiones exprés" de extranjeros que asaltaban la valla de Ceuta, afirmaba: "no vamos a permitir la migración violenta. Si quieren entrar legalmente hay una oficina de petición de asilo”. Pero esa oficina en 4 años no ha tramitado ninguna petición, según el diario ceutí.

Según explica la Delegación del Gobierno en Ceuta, todas las peticiones de asilo presentadas en Ceuta se hacen directamente en la Oficina de Extranjería o en el propio CETI, además de en la Jefatura Superior del Paseo de Colón. Ninguna en la oficina del Tarajal, cuyo coste de mantenimiento en Ceuta y Melilla es de 60.000 euros anuales.

El paso fronterizo de El Tarajal en Ceuta, entre España y Marruecos

Ceuta cuenta con 84.000 habitantes (un 40% musulmanes) y Melilla cuenta con 73.000 habitantes (un 50% musulmanes). En las escuelas de Ceuta y de Melilla un 54% de alumnos estudian una religión que no es la católica: la inmensa mayoría, el Islam, aunque algunos, sobre todo en Melilla, estudian la religión judía. Ceuta pertenece a la diócesis de Cádiz y Melilla a la de Málaga.

Cuando un profesor se hace cristiano en Marruecos

Con motivo de la visita del Papa Francisco a Rabat en marzo de 2019 se publicaron algunos artículos con historias como las de Mostafa e Issam, conversos a la fe de Cristo, bajo persecución, que querrían solicitar asilo y no pueden ni llegar a la oficina adecuada.

Mostafa explica que al principio, al convertirse hace tres años, llevó esa conversión en secreto. Pero algunos conocidos lo fueron sabiendo. “Mi entorno primero no lo aceptó, lo consideró un defecto. Repudiaron cualquier conexión conmigo. Se negaron a hablarme, me convertí en un criminal”, confiesa a El Faro.

Su trabajo como profesor también se puso en peligro. “El director de la institución donde yo trabajaba habló con los padres y alumnos. Presentaron una queja a la dirección, después al Ministerio y ante una junta disciplinaria por cargos de incumplimiento del deber profesional. Era como si estuviera amenazando la seguridad espiritual de los estudiantes, siendo un peligro para sus creencias y pensamientos”, añade.

Mostafa denuncia el “hostigamiento” que se amplió a alumnos y familiares y que derivó, después, en advertencias e intentos de agresión que nunca ha denunciado en Marruecos porque tampoco se atrevía a dar un paso que pudiera acarrearle mayores problemas.

El cristianismo en Marruecos

El obispo de Rabat, Cristóbal López Romero, en vísperas de la visita papal explicaba que en Marruecos, país de 37 millones de habitantes, apenas hay unos 30.000 católicos, todos ellos extranjeros, al menos, "oficialmente". La mayoría son jóvenes estudiantes subsaharianos con becas del Gobierno marroquí: unos 6.000 van y vienen cada año.

Pero en entornos protestantes se habla de numerosas conversiones al cristianismo, especialmente entre las personas de etnia bereber, a veces a través de una experiencia en Francia o con parientes que han conocido la fe cristiana en el extranjero. Entre conversos e inmigrantes africanos podría haber en Marruecos hasta 380.000 cristianos.

En marzo, en vísperas de la visita papal, la organización Comité Cristiano Marroquí publicó una carta (difundida en la agencia misionera Fides) afirmando que algunos miembros de la policía marroquí "han arrestado, torturado, abusado e incluso privado a algunas personas de documentos de identidad, por haber proclamado su religión o por haberse sumado a oraciones en iglesias clandestinas. Además, las autoridades también han expulsado a cientos de extranjeros acusados de proselitismo".

Contra esas situaciones actúa la Asociación Marroquí de Derechos y Libertades religiosas y la Asociación marroquí de Derechos Humanos, organismos no reconocidos oficialmente que, según la carta, "defienden la libertad religiosa, registran violaciones y acogen con beneplácito a ahmadíes, chiítas, cristianos e ibadíes".