Durante largo tiempo en la sombra, los cristianos marroquíes parecen haber decidido romper su silencio.

Un grupo bautizado ´Iglesia marroquí´ [en ReL creemos que probablemente se trata de cristianos de iglesias no católicas] ha tomado la iniciativa de dirigirse al rey Mohamed VI en su calidad de Comendador de los Creyentes.

El grupo, que “ruega a Dios que proteja a Marruecos” y desea un pronto restablecimiento al soberano de sus problemas de salud, enfatiza que su miembros se encuentran “unidos” a su país, que “bajo el régimen monárquico goza de libertad y estabilidad”, al tiempo que agradecen al rey y a su Gobierno por “la seguridad que les ha sido acordada en tanto que minoría”.

La organización continúa su misiva solicitando al "comendador de los creyentes que autorice la celebración de festividades con total libertad, ya sea en el interior de las casas o en las iglesias oficiales”, demandando el “fin de las restricciones, directas o indirectas”.

La libertad de conciencia no está autorizada en Marruecos, de lo cual se han derivado procesos judiciales al encuentro de conversos y la expulsión de ciudadanos europeos y americanos acusados de proselitismo.

El mensaje de "Iglesia marroquí" rompe la línea de conducta de los cristianos en Marruecos.

Este cambio se habría operado de forma gradual, con una cada vez mayor presencia en las redes sociales.

El marroquí Rachid Al Maghribi, exiliado en Estados Unidos y que dice no tener permitida la entrada en Marruecos por sus convicciones religiosas, ha lanzado incluso un canal de televisión a través de Internet.


En Marruecos, los nacidos musulmanes que se habrían convertido al cristianismo no son libres de practicar su nueva fe. La libertad de conciencia no está autorizada, de lo cual se han derivado procesos judiciales al encuentro de conversos y la expulsión de ciudadanos europeos y americanos acusados de “proselitismo”. La libertad de culto para los cristianos sólo está legalmente garantizada para los extranjeros.

Consultado por Red Marruecos, el arzobispo católico de Rabat, Monseñor Vincent Landel, niega la existencia de católicos de origen marroquí, señalando que esta comunidad se nutre, única y exclusivamente, de extranjeros, con una cada vez más acentuada presencia de fieles provenientes del África Subsahariana. Es difícil, por tanto, avanzar una cifra de cristianos marroquíes, que algunas fuentes estiman entre 8.000 y 10.000.