Las calles de Pamplona vivieron este domingo una jornada histórica donde miles de personas acompañaron la procesión de San Fermín, que casi un siglo después, salía de su iglesia fuera de las fiestas de julio. Este hecho excepcional se ha debido al Año Santo de San Fermín concedido por el Papa Francisco.

El Papa decretó el Año Jubilar, que comenzó el 7 de julio de 2017 y se prolongará hasta el 7 de julio de este año, a instancias del arzobispado de Pamplona para conmemorar el tercer centenario de la construcción y consagración de la capilla de San Fermín en la iglesia de San Lorenzo.
En el marco de esas celebraciones tuvo lugar esta procesión, calificada de histórica por sus impulsores, que ha propiciado una imagen poco habitual como es la de ver al santo por las calles de la ciudad en una fecha diferente a la del 7 de julio, festividad del copatrón de Navarra y día grande de las fiestas que llevan su nombre. La última vez que salió fue en mayo de 1922, con motivo de la llegada del brazo incorrupto de San Francisco Javier desde Roma.


La procesión se enmarca en los actos del Año Santo de San Fermín / Noticias de Navarra (Patxi Cascante)


Después de un día de intensas lluvias, el sol hizo su aparición u la procesión que, sin llegar a ser tan multitudinaria como en Sanfermines, congregó a miles de personas en las calles del Casco Viejo.

A las seis de la tarde ha partido de la parroquia la efigie llevada a hombros por sus portadores y acompañada por una comitiva de cofradías, hermandades, religiosos y fieles, algunos de ellos ataviados con el típico pañuelo rojo de San Fermín. La música le acompañó durante el recorrido en el que no han faltado los cánticos al santo.

Una hora después llegó a la catedral de Pamplona, donde permanecerá hasta el martes por la tarde, cuando regresará en procesión a San Lorenzo, en esa ocasión acompañado por la efigie de San Miguel de Aralar.
 
Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y Tudela, destacó la importancia del acto, ya que “recibimos la imagen de nuestro primer obispo, San Fermín, en su catedral, que nos remite a los inicios de nuestra fe y nos invita a seguir transmitiéndola a generaciones futuras”.