No es nada común que una diócesis española se moleste en elaborar sus propios sondeos sobre religiosidad, y por lo general dependen de los datos del CIS, el INE o de instituciones públicas autonómicas, a veces incluso hostiles. Así, las iglesias diocesanas son incapaces de ofrecer su propio discurso y sus propias cifras sobre la realidad local. 

Pero la diócesis de Bilbao, con el obispo Mario Iceta al frente, es una excepción: en 2013 elaboró un Primer Estudio sobre la Percepción de la Iglesia en Vizcaya. Y ahora, ha publicado un segundo estudio. Y ha constatado que la población que se declara católica en la provincia vizcaína no disminuye, sino que aumentó ligeramente en este tiempo: del 54% al 57%. 

Otras cifras se mantienen: de los que se declaran católicos, un tercio (en concreto un 36%) se autodeclara practicante y va a misa al menos una vez al mes. 


Curiosamente, la mayoría de los vizcaínos que se consideran católicos opinan que la transmisión de valores es una tarea que deben asumir primero los centros educativos, después la Iglesia y en tercer lugar la familia. Por el contrario, quien se identifica como no católico antepone la familia a la Iglesia. Por su parte, un tercio de los encuestados no saben o no contestan a esta cuestión.

Lo que la Iglesia enseña es que es precisamente la familia la primera y principal maestra de valores y responsable de formar en ellos, y que la escuela y la parroquia solo son ayudas para la familia en ese sentido. 


El estudio evidencia que casi cuatro de cada cinco encuestados católicos está de acuerdo con la labor "de dinamismo e innovación" del papa Francisco y, respecto a la labor de la Iglesia vizcaína, un 41 % de los católicos la valoran positivamente y un 21 % muestra opiniones negativas. Se valora muy positivamente, según el obispo, la labor social de la Iglesia, a la que una mayoría considera "solidaria, que presta atención a las personas enfermas, es accesible cuando la necesitas y comprometida con los colectivos con mayores dificultades".


El obispo Mario Iceta, que ha agradecido la labor de las 5.000 personas voluntarias que desarrollan alguna labor en la Iglesia vizcaína, ha indicado que autofinanciación y transparencia -la pasada semana la Diócesis presentó un portal de transparencia- son objetivos en los que trabaja la Diócesis de Bilbao. "Queremos que nuestras cuentas sean de cristal", ha señalado Iceta, quien se ha congratulado de que la Diócesis cerrase 2016 con un porcentaje de autofinanciación del 87 %.

En concreto, el 71 % de sus ingresos -más de 24 millones de euros- procedieron de aportaciones de fieles, donativos y legados, el 8 % -2,7 millones- de rendimientos de patrimonio, otro 8 % -2,6 millones- de servicios y otros ingresos, y el 13 % -4,4 millones- de subvenciones y ayudas oficiales. De los 34 millones de euros de presupuesto de la Diócesis de Bilbao en 2016, el 44 % -más de 15 millones- se destinó a acción social.