El pasado 8 de julio se produjo en la diócesis de Albacete una bonita celebración que quiso presidir el obispo, monseñor Ciriaco Benavente, y que rara vez se puede dar no ya sólo en Albacete sino en cualquier otro lugar del mundo.

En la parroquia de San Pablo de la capital albaceteña, el obispo confirmó a 25 personas, de los cuales siete eran hermanos, siendo todos ellos de diferentes edades.

Este hecho insólito comenzó cuando Paula, una de los siete hermanos recién confirmados, empezó a llevar a su hija a catequesis en esta parroquia de Albacete. Allí se enteró de que existían catequesis familiares y de que se ofrecía a los padres la posibilidad de confirmarse si no lo habían hecho en su momento. Esta catequesis familiar duraba tres años.


Según informa la Diócesis de Albacete, esta idea se le quedó a Paula en la cabeza y poco después se lo comunicó a sus seis hermanos, que se fueron animando unos a otros para iniciar estas catequesis para adultos.

Los siete hermanos iniciaron este camino junto a algunos adultos más que también tenían el deseo de confirmarse. Y durante tres años fueron recibiendo estas catequesis familiares. Una de las hermanas, Pilar, vivía en Albacete por lo que se fue preparando en su parroquia conquense y llegado el momento pidió la autorización para poder recibir este Sacramento totalmente en familia.

Así fue como el pasado sábado, un obispo contento y los padres de estos siete adultos, todavía más, recibían junto 18 personas más la Confirmación.