En Andalucía viven unos 20.000 chinos, y casi 5.800 están dados de alta como autónomos (un 16% de los autónomos extranjeros, superando a cualquier otro colectivo, incluso a ingleses y marroquíes). Es una comunidad vibrante, dinámica y en crecimiento, y ahora, los que sean católicos, ya pueden asistir a la misa en chino en Sevilla.

Lo hace posible desde una vez al mes, desde diciembre, el párroco de San José Obrero de San Juan de Aznalfarache, José Joaquín Castellón Martín.

Por el momento, perseveran en esta misa en chino unas 7 familias católicas. Se celebra la liturgia en "put ong hua" o «idioma común» de China. El padre José Joaquíne explica que es «lo que nosotros entenderíamos por el mandarín, que es como una armonización de muchas pronunciaciones».

Estas familias católicas llegan «desde Sevilla, el Aljarafe y otros pueblos cercanos a la capital». Trabajan en tiendas y restaurantes chinos, «aunque también hay varios estudiantes y una doctora casada con un español que lleva algún tiempo residiendo aquí».


Este sacerdote de Marchena tiene 51 años, y si sabe chino es porque fue a China como misionero, empezando en 2008. Miembro de la asociación Sacerdotes del Prado, Castellón ha pasado hasta seis temporadas en China.

Está convencido de que para un católico chino poder ir a misa en su propio idioma en España es muy necesario. «Lo cierto es que les hace mucha falta porque los chinos que vienen a España normalmente a trabajar no poseen una gran cultura de libros y aprenden un español muy básico y limitado al uso laboral del restaurante o de la tienda. De ahí que escuchar una misa en español les deje un poco desorientados. A la hora de rezar, además, todos preferimos dirigirnos a Dios en nuestra lengua materna».

Explica a José Gómez Palas en El Correo de Andalucía que él estudio chinó en la provincia de Hebei, «que es tan grande como Alemania y que cuenta con unas 16 diócesis», una tarea a la que dedicó dos años de estudio «como ocupación principal».

«Estuve durmiendo en seminarios, en habitaciones de alguna universidad, en algún piso y hasta ejercí de profesor de español en China», relata sobre sus experiencias en el país.


«Durante mucho tiempo los católicos fueron perseguidos por el Gobierno chino y muchos de ellos dieron sus vida por defender su fe», explica Castellón. Por eso sostiene que «la propagación de la fe católica en China ha sido muy familiar, muy ligada a las oraciones que un campesino le ha podido enseñar a sus hijos: el Credo, el Padrenuestro, el Rosario, el Ángelus. Digamos que es una fe muy fundada en la familia y en las devociones oracionales».

Aunque reconoce que los chinos no son gente fácil para hacer amigos, este sacerdote ha entablado un acercamiento con la veintena de fieles que suelen acudir a sus misas. «De vez en cuando me invitan a comer y me ofrecen platos típicos de su país, que muchas veces no son los que ponen en los restaurantes chinos. Su cocina es muy sencilla, de gente de pueblo, y contiene muchas verduras. Uno de los más sabrosos son las empanadas chinas, llamadas jiao zi».

Sobre las misas en San Juan de Aznalfarache explica algunas peculiaridades: «Celebramos, por el momento, una misa al mes y no le ponemos un día fijo porque no queremos dar pie a que se presenten en la iglesia más curiosos que fieles chinos para rezar», advierte José Joaquín Castellón.

De momento, el sacerdote realiza esta labor apostólica con el fin de que «los chinos católicos puedan vivir la fe en Sevilla en comunidad y de manera más cálida».

Sin embargo, a largo plazo sí querría que se pudiera realizar una actividad evangelizadora hacia los chinos no católicos en España, o los que acuden por turismo o por estudios. El reclamo: "you zhong wen de misa" (Se dan misas en chino).

Los católicos de lengua china pueden ir a misa en su idioma en otras ciudades españolas, como Barcelona, desde hace bastantes años, y Valencia, más recientemente.

En el vídeo bajo estas líneas, un bautizo de chinas en Valencia en 2014