El barómetro del CIS de febrero de 2014, comparado con los datos de febrero de 2013, justo antes de la elección del Papa Francisco, demuestra que el porcentaje de católicos practicantes en España ha crecido: de un 12,5% de los católicos a un 15,5%, sumando los que van a misa "cada semana o casi cada semana" y los que van "varias veces a la semana".

También ha crecido muy ligeramente el número de españoles que se declara católico: de un 70% a un 71%.

Además, se mantiene estable el porcentaje de católicos que van a misa "algunas veces al mes": un 8% en 2012, 2013 y 2014.

Aunque es tentador atribuir el crecimiento a un "efecto Francisco", lo cierto es que comparar con febrero de 2013 es poco representativo, ya que dio unas cifras extrañamente bajas tanto de pertenencia católica como de práctica religiosa.


Así, mientras en febrero de 2010, de 2011 y de 2012 se declaraban católicos un 75% de los españoles, de repente en 2013 bajó a sólo un 70%. Cinco puntos son muchos puntos, y sin causa aparente.

Y si en febrero de 2010, 2011 y 2012 eran practicantes entre un 14% y 16% de los católicos, de repente en 2013 lo eran sólo un 12,5.

Así, estos datos de 2014 "post-Francisco" son una mejoría respecto a los números anómalos de febrero de 2013, pero no alcanzan las cifras estables de los 3 años anteriores. El 15,5% de practicantes sobre un 71% de católicos de 2014 son muchos menos cristianos que el 16,6% de practicantes sobre un 75,6% de católicos de 2010, por ejemplo.

Otro aspecto a destacar es el progresivo trasvase de personas que se declaraban "no creyentes" a la categoría, más contundente, de "ateas". Tanto en febrero de 2013 como en 2014, ambos grupos sumaban conjuntamente un 24% de la población, pero de ellas las ateas han pasado de 7,6 a 9,1 puntos, mientras los "no creyentes" bajaban de 16,5 a 15,4%.

Las estadísticas del barómetro del CIS tienen valor sobre todo por sus indicaciones de series a largo plazo, y un único año no basta para dar datos firmes, aunque sí parecen confirmar que algunos católicos poco practicantes han estabilizado más su práctica religiosa en el último año.