Tres semanas después de que los Reyes Magos llevan sus regalos a los niños del mundo, son los propios niños los que el 27 de enero dan de lo suyo para ayudar a la infancia de las misiones.

En la oficina internacional de la Infancia Misionera en Roma han recibido 4.000 peticiones de ayuda para los niños de las 1.100 diócesis que son territorio de misión sólo podrán atender 3.000 proyectos. En su mayoría, son ayudas para la educación y escolarización. También hay muchos proyectos de tipo sanitario y alimenticio.


Aunque los españoles aumentaron sus ayudas a las misiones en 2011 hasta un 4% a pesar de la crisis, en el caso concreto de la Infancia Misionera se dio un ligero descenso en los donativos. En 2011 esta colecta que se da sobre todo entre los niños de las escuelas católicas, las clases de catequesis y los movimientos infantiles recaudó 2,7 millones de euros en España. Casi 2,4 millones se han entregado a la central en Roma para ayudar a poner en marcha esos 3.000 proyectos.


La comparativa entre diócesis, a primera vista, parece de lo más arbitraria. Las que más han recaudado son Zamora (140.000), Madrid (139.000 euros), Tenerife (123.000), San Sebastián (113.000), Santiago y Ciudad Real (106.000 cada una) y Valencia (103.000).

¿Cómo es que los niños zamoranos aportan 140.000 euros mientras que la vecina Astorga, de idéntica cultura y composición social rural y castellana aporta sólo 13.000?

¿Cómo es que la gran diócesis de Barcelona sólo aporta 19.000 euros, y las adyacentes Sant Feliu y Terrassa apenas suman 3.500 entre las dos, mientras que la poco poblada y montañosa Urgel recauda 29.000, superando a un área metropolitana de 3 millones de habitantes?

¿Cómo es que la pequeña Ávila, con 40.000 euros, aporta tanto como toda la costa catalana compuesta por Gerona, Barcelona, Tarragona, Tortosa, Terrassa y Sant Feliu?

¿Por qué Alcalá (24.000 euros) recaudó casi 5 veces más que Getafe (5.000) para las misiones infantiles?

En algunos casos la diferencia puede deberse a donativos puntuales de grandes donantes, y en otros a una mayor concienciación de los colegios o la red de catequesis parroquial. Se puede sospechar que en algunas diócesis la red de animación (y recaudación) podría mejorar bastante.

En cualquier caso, aunque la Infancia Misionera lamenta tener que rechazar un 25% de los proyectos que se le presentan por falta de ayudas, su objetivo es sobre todo educar a los niños para que sean misioneros y generosos.

Cuando se fundó hace 170 años, se insistía en que cada niño se comprometiese a rezar un Avemaría diario por los niños de misiones y a hacer un pequeño donativo mensual salido de su ahorros para ayudar a esos niños. Durante estos 170 años se ha mantenido su gran intuición: "los niños ayudan a los niños".

Para conocer más la Infancia Misionera en España o hacer donativos puede visitar www.omp.es