El padre Anastasio Gil, que lleva ya un año y medio como director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en España, pudo exponer el miércoles a los obispos reunidos en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal la situación de las misiones españolas, con sus puntos fuertes y débiles.

Un punto fuerte de OMP es que está mejorando sus listados de misioneros en el extranjero. “En breves semanas”, señalaba el director de las Obras Misionales, “sabremos, con certeza, quiénes son, dónde se encuentran, en qué diócesis fueron bautizados los 14.000 misioneros españoles esparcidos por el mundo. En su mayoría son religiosos, pero es significativa la existencia de un millar de sacerdotes diocesanos y unos 800 laicos”.

Entre los puntos débiles, después de visitar 61 diócesis, el padre Anastasio ha detectado que "el clero joven tiene, en su mayoría, escasa información sobre las Obras Misionales Pontificias, o sobre otros servicios misioneros de la Conferencia Episcopal, como es el caso de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, OCSHA, o del Fondo Nueva Evangelización”.

Para solucionar este problema, propone incorporar la Teología de la Misión en los programas de estudio de los seminarios.

Otro problema es que los fieles dan menos dinero cuando se recauda para proyectos pastorales (seminarios menores y mayores, sostenimiento del clero en circunstancias muy complejas, edificios y estructuras en las misiones, etc...), mientras que son más generosos en "proyectos sociales". 

Anastasio Gil pidió ante los obispos que la cooperación económica en la Iglesia no use palabras y vocabularios "que van desplazando de nuestro lenguaje el concepto cristiano de la caridad”.

En el aspecto positivo, el padre Anastasio pudo decir a los obispos “que el ejercicio económico 2011 no ha seguido el descenso de aportaciones de los fieles de los tres últimos años. Al contrario, se ha incrementado en un 4,5%, especialmente en las parroquias”. Agradecía, por ello, a los responsables diocesanos la diligencia y transparencia en la gestión de los ingresos y de los gastos.

También explicó que en la Prensa se suele tratar bien a los misioneros pero que por desgracia “la transmisión de su testimonio, en muchas ocasiones, aparece sesgada y reducida a la simple cooperación material y humana, dejando en la penumbra" su motivación de fe.