"Un esperpento". Esta fue la respuesta que dio monseñor Francisco Cases, obispo de la diócesis de Canarias, cuando fue preguntado por la participación del sacerdote Juan Molina en el programa televisivo Gran Hermano 12+1.  

Así lo da conocer el prelado en una entrevista publicada en el diario La Provincia de Las Palmas y en la que explica que "la Iglesia no tiene medidas cohercitivas más que este tipo de penas espirituales; que ya se ve que los miembros no hacen ningún caso".

En otro momento de la entrevista, Cases es preguntado sobre la elección por parte del Ayuntamiento de Valladolid de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como pregonera en la Catedral en la próxima Semana Santa sin que el obispo local, Ricardo Blázquez, tuviera alguna noticia o participación en la decisión.

Para el obispo canario "en este caso, tiene que haber unas exigencias mínimas". Y ejemplifica: "A la ponencia del Congreso socialista no se puede llamar a la señora Le Pen".

"No quiero hacer comparaciones. Sólo en el hecho de la contradicción que hay entre el contenido ideológico de una persona y de lo que se va a hacer en un determinado sitio. Lo que se va a hacer no es un acto simplemente social, es un anuncio de un hecho religioso", apunta Cases.