El Estado de Nueva York ha sido uno de los grandes focos de coronavirus en todo el mundo. Hasta el momento se han diagnosticado 360.000 casos y han fallecido más de 23.000 personas. Pero al igual que está ocurriendo en otras partes del mundo pese al miedo y a la incertidumbre ya comienza la desescalada, algo que también ocurrirá con las iglesias.

En una conferencia de prensa, el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, informó que las reaperturas de las iglesias de su diócesis no serán simultáneas sino que dependerá de la situación de cada zona y de cada parroquia. Se tendrá en cuenta la situación de contagios y gravedad de manera concreta.

Cuidar las almas, pero también los cuerpos

Para ello, el purpurado presentó un plan de cinco fases para recuperar la misa dominical con el objetivo de cuidar tanto "almas como los cuerpos de nuestra gente". Aunque no se comprometió a una fecha exacta, dijo que era posible que la misa dominical volviese en unas seis semanas. 

El programa actual "NY Forward" que lidera el gobernador Andrew Cuomo y que describe los pasos necesarios de desconfinamiento no describe un proceso para que los templos puedan reabrir. En respuesta, la Archidiócesis de Nueva York ha propuesto un plan de cinco fases, titulado "Avance de la fe", que describe varias etapas para preceder la eventual reanudación total de las misas y los sacramentos.

La fase uno comenzaría con la apertura de las glesias para oraciones y confesiones privadas, seguida de una fase que permitiría bautizos y matrimonios limitados a diez asistentes, luego otra fase que permitiría la distribución de la comunión aunque sin misas. Después, llegarían las misas diarias con asistencia limitada, y eventualmente la celebración de la misa dominical con protocolos supervisados.  Dolan dijo que anticipa un período de una a dos semanas entre cada etapa.

"Región por región, parroquia por parroquia"

Entre los planes específicos delineados para regresar a los servicios están el saneamiento y la desinfección regular de las iglesias, la prohibición del contacto físico, asientos separados para personas solas, parejas y familias, el vaciado de agua bendita y fuentes bautismales, la instalación de desinfectantes para manos en las entradas de la iglesia y el cese temporal de todas las reuniones no esenciales.

La asistencia a cada misa individual se limitará a no más del 25 por ciento de la capacidad de una iglesia. Mientras tanto, la obligación de asistir a la misa dominical se suspende hasta nuevo aviso y se pedirá a los que crean estar enfermos que no asistan a los servicios religiosos..

Tanto Dolan como el obispo de Brooklyn DiMarzio dijeron que la reapertura se verá diferente "región por región, parroquia por parroquia", señalando que las parroquias en los condados del norte del estado de Nueva York podrán recorrer las fases a un ritmo más rápido que muchas de las parroquias urbanas.