Estado Islámico atribuye a dos de sus seguidores la autoría de la matanza de San Bernardino (California) en la que 14 personas fueron asesinadas, según ha hecho saber la organización yihadista en un audio difundido en Internet.

"Dos seguidores de Estado Islámico atacaron hace varios días un centro en San Bernardino, en California", según la retransmisión divulgada por el medio Al Bayan, afín a la organización.

Las piezas empiezan a encajar y la hipótesis de un ataque yihadista es ya irrefutable.

El director asistente del FBI en Los Ángeles, David Bowdich, informó ayer de que los investigadores del tiroteo de San Bernardino, en California, en el suroeste de EE UU, que dejó 14 muertos el pasado miércoles, consideran el suceso «un acto de terrorismo».

En un principio, y según estos investigadores, parecía que ni Syed Farook ni Tashfeen Malik, los autores de la matanza, tenían un vínculo claro con ninguna organización terrorista.

Sin embargo, ayer se supo que el FBI había detectado una cuenta falsa (es decir con otro nombre) de Tashfeen Malik en Facebook en la cual, la joven de 27 años había prometido lealtad al líder del Estado Islámico y a su líder, Abu Bakr al Bagdadi.

Según un responsable de Facebook, dicho comentario fue publicado en la red social a las once de la mañana del miércoles, justo unos minutos antes de que Malik entrase junto a su esposo en el centro de ayuda a discapacitados de San Bernardino para matar a los compañeros de trabajo de su marido mientras éstos celebraban su cena de Navidad.

Un directivo de la red social, que solicitó que no se revelase su nombre, confirmó que la compañía descubrió el comentario el jueves. Fue entonces cuando lo retiraron de internet y dieron cuenta a la Policía de lo ocurrido.

Al mismo tiempo, fuentes de la investigación confirmaron que Malik había expresado «admiración» por grupos radicales a través de las redes sociales, aunque matizaron que todavía trabajan e para averiguar si estaba relacionado directamente con el Estado Islámico, si recibieron alguna orden de ataque en Estados Unidos, o actuaron movidos por su propaganda en internet.

Según «The New York Times», citando a responsables de la investigación, en este momento la hipótesis que predomina es la de que Malik y su esposo, Syed Farook, se radicalizaron e inspiraron en el EI, sin recibir órdenes directas de la organización yihadista para llevar a cabo la masacre. Por lo tanto se estaría hablando de la acción terrorista de dos lobos solitarios y no por parte de una célula o comando organizada al estilo de los ataques del 13-N de París.

Sin embargo, desde el tiroteo el pasado miércoles, los investigadores han sido muy cautos a la hora de determinar si lo ocurrido es un atentado terrorista o un caso de un empleado que decide emprenderla a disparos con sus compañeros de trabajo. Ya que de confirmarse la vinculación de los dos autores del ataque con el Estado Islámico, se trataría del primer atentado de la organización de Al Bagdadi en suelo estadounidense.

Los agentes intentan determinar cómo Farook y Malik pudieron hacerse con un arsenal tan potente como el que se encontraron en el domicilio, formado por 12 bombas y más de 5.000 balas. Además, en los días previos al tiroteo, que causó también 21 heridos, el matrimonio tomó medidas para borrar información de algunos de sus dispositivos electrónicos, de acuerdo con los últimos detalles divulgados de la investigación. Por ello, las autoridades creen que el tiroteo fue premeditado y planeado con cierta antelación y sangre fría.

De igual modo, de momento, consideran que lo ocurrido fue ideado sólo por la pareja. Pero, ¿qué les hizo cargar contra los compañeros de trabajo?

Farook se había puesto su mejor camisa. Abrochada hasta el último botón. Llevaba una espesa barba y estaba sentado en la sala de conferencias. Su compañero Patrick Baccari se encontró con él: «¿Listo para el aburrimiento?», le preguntó Patrick Baccari. «Sí», dijo Syed. Era una de las reuniones que les obligaban a mantener en el trabajo. A los pocos minutos de comenzar, Farook de repente desapareció dejando tras él su chaqueta negra. «¿Dónde está Syed?», preguntaron. Tiempo después dos personas enmascaradas y uniformados empezaron a disparar a disecreción. Ayer, los compañeros de trabajo fueron de nuevo interrogados por la Policía para intentar averiguar por qué eligió el centro de trabajo. Resulta curioso que la revista «Inspire», de Al Qaeda, en su último número ofrece un completo manual para cometer atentados en los lugares de trabajo.

El domicilio de los terroristas se convirtió el jueves en un circo cuando decenas de medios entraron en la casa tras obtener el visto bueno del propietarios. Los periodistas abrieron los armarios e inspeccionaron cada rincón. Entre los artículos se encontraba una copia del Corán, unas fotos y una hoja con la lista de objetos confiscados por las autoridades.


- Lealtad al Estado Islámico. Tashfeen Malik, esposa del agresor, había jurado obediencia al EI en la red social Facebook, según avanzaron ayer fuentes federales.

- Ataque terrorista. El FBI anunció estar investigando el tiroteo como acto terrorista, aunque no se cierran otras hipótesis ni se confirmá que el EI esté detrás.

- Arsenal de armas. La pareja guardaba en su casa dos rifles de asalto calibre 223, dos pistolas de nueve milímetros y material para fabricar bombas caseras.

- Vínculos yihadistas. Según el FBI, el marido, Syed Farook, había mantenido contacto con el Frente Al Nusra, en Siria, y el grupo islamista Shabab, en Somalia.

- Un tercer contacto. Al menos uno de los atacantes estableció contacto telefónico con otra persona antes del tiroteo, según la investigación federal.