En medio de un singular entusiasmo, pese a no ser un país de mayoría católica, y en el marco de fuertes medidas de seguridad, el Papa Francisco arribó ayer a Washington para comenzar una visita de cinco días a EE.UU. que abarcará Nueva York y Filadelfia.

El pontífice fue recibido en la base militar de las afueras de la ciudad por el presidente Barak Obama, en un gesto de especial deferencia, ya que un mandatario norteamericano no suele ir a esperar a la estación aérea un jefe de Estado.

Más aún: concurrió acompañado por su esposa, Michelle, y sus dos hijas, lo que también se leyó como el especial aprecio que Francisco suscita en la familia presidencial.

La recepción en la base aérea fue particularmente cálida: a los saludos sumamente cordiales que el Papa intercambió con Obama y su esposa se sumó la incesante ovación de fieles, muchos de ellos jóvenes que el pontífice respondía con efusivos saludos y grandes sonrisas. También estaba allí el vicepresidente Joe Biden y su familia.

Francisco volvió a protagonizar un gran contraste al preferir un modesto auto, que se diferenciaba de las impresionantes camionetas negras que lo escoltaban. Además, saludaba desde el coche con las ventanas bajas, mientras un ejercito de miembros del servicio secreto norteamericano lo custodiaban.


El sumo pontífice prefirió trasladarse en un Fiat 500L a moverse en alguno de los enormes vehículos 4x4 que se venden en aquel mercado.

Lo más pintoresco de las imágenes que se vieron cuando dejaba la base aérea en la que aterrizó, es la comparación con los vehículos que lo escoltaban. Delante y detrás del pintoresco modelo de la marca italiana, se apilaban varios Chevrolet Suburban, unos mastodontes con especificaciones que exceden notablemente a las del Fiat 500L.

Por ejemplo, el modelo de Fiat, que llega a los Estados Unidos importado desde México, mide 4,35 metros mientras que el 4x4 de Chevrolet casi llega a los 6 metros (5,70). También los pesos son desproporcionados: 1.450 contra 2.580 kilos. En los EE.UU., un Fiat 500L se vende desde los 19.345 dólares, mientras que un Chevrolet Suburban se ofrece desde 49.700 dólares.

No es la primera vez que el Papa Francisco se sube a un Fiat. En la gira realizada en Brasil, en 2013, también se subió a un Idea para moverse por las calles de Río de Janeiro. Pero, en este caso, comparado con los gigantescos 4x4 de Chevrolet, el 500L parece de juguete.

Buena galería de fotos del viaje papal en Clarín:
http://hd.clarin.com/tagged/gira-papal