El Papa Francisco visitará Estados Unidos con la intención de «abrazar en solidaridad» a los inmigrantes hispanos, según ha asegurado el obispo auxiliar de la archidiócesis de Washington, el colombiano Mario Dorsonville.

Cuando su avión aterrice el próximo 22 de septiembre en la Base Conjunta Andrews de la Fuera Aérea de EEUU, el Pontífice argentino pisará por primera vez en su vida suelo estadounidense, donde su viaje apostólico le conducirá a Washington, Nueva York y Filadelfia.

Unos 70 millones de católicos en este país, de los que 30 millones son hispanos, esperan a Francisco con «muchísimo entusiasmo», ha adelantado Dorsonville durante una entrevista con Efe en el Centro Pastoral de la Archidiócesis de Washington.

«El Papa Francisco es un líder que en este momento es como la voz del mundo. Lo que él habla y dice le interesa a todo el mundo», ha destacado el prelado, nacido en 1960 en Bogotá y excapellán de la Universidad Nacional de Colombia.

Dorsonville, nombrado el pasado marzo por el Santo Padre obispo auxiliar (el único de origen latino en Washington), tiene a su cargo el cuidado espiritual de unos 270.000 católicos hispanos.

El obispo conoce al dedillo los retos de los inmigrantes latinos, que sienten una «identificación plena» con el primer Papa latinoamericano, a quien ven como «un miembro más de la familia».

Aunque el Pontífice suele portar una «agenda hermética», se espera que pronuncie palabras de apoyo a los inmigrantes durante su estancia en EEUU, donde permanecerá hasta el 27 de septiembre.

Su mensaje –aventura el prelado– probablemente abogará por «salir de la cultura de la indiferencia» y «abrazar en solidaridad a los más necesitados».


El viaje de Francisco coincide con un intenso debate sobre la inmigración en EEUU, donde ha levantado una gran polvareda el precandidato presidencial republicano y multimillonario Donald Trump, partidario de construir un muro en la frontera con México y deportar a unos once millones de inmigrantes indocumentados.

Pese a que la Iglesia católica guarda un cauto silencio oficial sobre la polémica, Dorsonville opina «a nivel personal» que «un país que se cierra, se vuelve gueto. Y un gueto está llamado a morirse».

En Washington, el apretado programa de la visita papal incluye –entre otros actos– una reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama, una misa de canonización del misionero español fray Junípero Serra (17131784) y un discurso histórico ante el Congreso estadounidense.

El 23 de septiembre, Obama recibirá a Francisco en la Casa Blanca, encuentro en el que –de acuerdo con Dorsonville– el Santo Padre planteará una «agenda social» orientada a «construir la vida de las personas y, especialmente, de los países más necesitados».

Según el obispo, el Vaticano espera del presidente un reconocimiento de «la presencia de una Iglesia que está haciendo el bien» como «un valor fundamental para la humanidad, especialmente para el pueblo americano».


Tras la entrevista con Obama, unas «50.000 personas» –muchas de ellas hispanos– protagonizarán una «manifestación de cariño» hacia el santo padre en el parque de La Elipse, a la espalda de la Casa Blanca, donde Bergoglio dará un paseo en el célebre papamóvil. «Va a ser una cosa breve, pero intensa. Y uno nunca sabe con él. Si va a parar, si no va a parar», anticipa el clérigo bogotano, al recordar el carácter «espontáneo» del Papa.

Ese mismo día, el pontífice oficiará en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, el mayor templo católico del país, la misa de canonización del franciscano español Junípero Serra, fundador de las misiones en el oeste de EEUU que dieron pie al desarrollo del moderno estado de California.

En opinión del obispo bogotano, esa ceremonia representa «un reconocimiento claro a la obra evangelizadora de la misma conquista o del encuentro cultural que tuvimos con España hace muchos años».

«El mismo hecho de que la eucaristía vaya a ser en español –agrega– es otro mensaje. A saber: que el (idioma) español tiene una gran importancia en la evangelización del pueblo americano».

Aún en Washington, el Santo Padre hará historia el 24 de septiembre como el primer Papa en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso estadounidense, y ya al día siguiente intervendrá en Nueva York ante la Asamblea General de la ONU.

Sobre el contenido de ambos discursos, Dorsonville no da pistas pero remarca que «no va a ser fácil» contentar a todo el mundo, pues Francisco «es totalmente independiente de los placeres políticos».


El gran baño de masas del pontífice acaecerá en Filadelfia, donde el día 27 clausurará el VIII Encuentro Mundial de las Familias.

Según Dorsonville, «dos o tres millones de personas» asistirán a esa cita, en la que Bergoglio ensalzará la familia como «célula fundamental no sólo de la Iglesia, sino de la sociedad».

Preguntado sobre si un Papa aperturista como Francisco enviará algún mensaje a las familias formadas por homosexuales católicos, el prelado opta por «aguardar» a las conclusiones del Sínodo de la Familia del próximo octubre en Roma.

Con todo, Dorsonville subraya que «no va a cambiar» el principio evangélico del matrimonio como «la unión de un hombre y una mujer», pero admite que la Iglesia debe «dar algunas pautas» para «una nueva ola de cosas que en el pasado no vimos».