El 18 de marzo comenzó en Filadelfia el juicio contra el doctor Kermit Gosnell, de 72 años, acusado de asesinato, conspiración para la corrupción, violación de las leyes del aborto y mala praxis médica. En su haber, testimonios sobre decenas de niños supervivientes de abortos (más de un centenar, según un testigo) a quienes se asesinaba en su clínica cortándoles con unas tijeras la médula espinal.

Una vergüenza para los grandes medios
El summum del horror de lo que podría considerarse uno de los peores asesinos en serie de la historia habría debido recibir una cobertura mediática similar a otros casos que ocupan titulares durante semanas, pero si embargo... sobre el caso se ciñó un apagón informativo casi total. Para las principales cadenas de televisión (CBS, NBC, CNN) y los grandes periódicos norteamericanos, el juicio, sencillamente, no existía.

Ha sido la reacción de la Red (donde sí se fue informando libremente), afeando a esos medios su falta de ética periodística al hurtar deliberada y conjuntamente una noticia relevante a la opinión pública, la que al final forzó a muchos de esos medios a enviar corresponsales, aunque a regañadientes, y a dar cuenta de los hechos, aunque a cuentagotas.

La prueba del apagón
Pero la censura de facto es efectiva. Un periodista de The Media Research Center hizo la prueba y acudió al Memorial Lincoln de Washington -lugar turístico por excelencia de la ciudad, donde confluyen ciudadanos de todo el país- a preguntar a los viandantes si sabían algo del caso Gosnell (incluso enseñando una foto suya), y al mismo tiempo si sabían qué noticia ha protagonizado recientemente la actriz Reese Whiterspoon, detenida unas horas por desobediencia a la autoridad, tras un control de alcoholemia en el que su marido dio positivo y donde ella se encaró con los policías que tramitaban la denuncia.

El resultado es demoledor: ignorancia casi total sobre el juicio al responsable de decenas de asesinatos, conocimiento casi total sobre una nimiedad que afecta a un famoso. Entre un caso y otro, una diferencia: la cobertura mediática, temerosa de que la realidad de los abortorios salga a la luz.

Kermit Gosnell vs Reese Whiterspoon