Ignacio Pou y Ricardo Morales. 27 y 28 años. Los dos periodistas. Estudiaron en la Universidad Francisco de Vitoria. Codirectores de la revista de actualidad, cultura y pensamiento Democresía (www.democresia.es). Ganadores en la categoría de opinión con su revista-blog de actualidad, cultura y pensamiento de los Premios Bitácoras 2016. Y ganadores en la última edición de los Premios 20 Blogs del diario 20 Minutos en la categoría de actualidad. 

Dos premios de ámbito nacional en menos de un año a una revista de inspiración católica…


- Ignacio Pou (IP): (Risas) Sí, va bien. En este último año han pasado muchas cosas buenas.


- Ricardo Morales (RM): Bueno. Récord de visitas en los últimos dos meses, el haber materializado nuestros encuentros democresianos con autores y lectores, la incorporación de nuevos colaboradores y sobre todo, haber sido capaces de crear un equipo humano estupendo con Paula Martínez, Isa Montejo y Marcos Nogales.  


- IP: Pues… fue en noviembre de 2014. En un principio surgió como una iniciativa personal. Quería abordar algunas cuestiones que no tenía ocasión de tratar donde trabajaba entonces, como es lógico dada la naturaleza de aquel medio. Al principio no tenía muchas pretensiones. Quería poder escribir y profundizar sobre la actualidad y compartir mis ideas. Poco a poco, de forma algo inesperada, se fue sumando gente, la mayoría amigos plumillas del mundo del periodismo o de la universidad, que se habían sentido atraídos por el tono que había cogido la web.



RM: Mmm… Creo que fue en mayo de 2015. Entonces estaba trabajando dentro del equipo de comunicación de la Fundación V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Recuerdo que entonces estaba en pleno Camino de Luz, una peregrinación por España con el bastón de Santa Teresa y “entre pucheros” fue cuando empezó mi colaboración con Democresía. Vi que estaban escribiendo cosas interesantes. Lo que más me llamo la atención en un principio fue lo ingenioso del nombre y los textos de Pou. Compartíamos grupo de amigos, inquietudes intelectuales y él sabía que yo escribía y que estaba buscando lugar donde hacerlo. Me lo ofreció, le dije que sí y empecé con el seudónimo de Espinosa Martínez.


- RM: ¿Contesto yo? Vale. Pues fue de forma paulatina y con pies de plomo, como todo proyecto con un presupuesto muy limitado. Desde que me incorporé a Democresía le pedí a Nacho dos cosas. La primera era que terminara de creer en el potencial real que tenía el proyecto, del espacio que podíamos cubrir dentro del periodismo de opinión con una propuesta que terminase con el trincherismo ideológico. La segunda era que asumiera que iba a tratar de hacer algunas locuras para dinamizarlo (Risas).  Y así lo hicimos. Cambiamos el diseño web, el tono de algunos textos, la imagen del proyecto, metimos gente nueva. Empezamos a descolgar teléfonos y a mandar y recibir correos. Así conseguimos a un grupo de colaboradores talentoso y con bagaje que por distintas razones no tenían altavoz para sus propuestas.


- RM: Pues desde el antiguo director de RNE hasta alumnos de periodismo, abogados, filósofos, estudiantes de teología, humanistas, médicos…


- IP: (Risas y sorbo de café). En definitiva, montar una revista digital. ¡Con la que está cayendo en el mundo periodístico hoy! Estamos todavía en proceso, pero esperamos tener una forma jurídica para los próximos meses y ya empezar a operar más como una revista que como un blog. Sobre todo, porque hemos visto en los lectores una necesidad de respuesta que va más allá de la información o la formación de opinión. Nos hemos encontrado con gente para la que Democresía ha significado una perspectiva de mirar la realidad con profundidad, rigor y también un tono canalla de vez en cuando. Especialmente en manos de Ricardo (risas). No, me refiero; ha significado una oportunidad de que la gente mire las cosas con cierta esperanza y que de alguna forma está teniendo una resonancia en la vida de las personas…




- Sí, exacto. Se ha cuajado a un estilo que además de llevar a un libro, a una película, a un dato histórico fundamental,  a un pensador, está llevando a la gente a contemplar las cosas de otra forma y a hacerse preguntas y encontrar respuestas. Hemos hecho un mézclum entre lo académico, lo periodístico y el ejercicio literario, y ha salido bien.  


- IP: Sí y no. Tenemos artículos y lectores de todas las clases. Hay cosas sesudas, como las que nos manda un David Ortega o un Juan Pablo Serra y comentarios ingeniosos a la actualidad o la cultura que permite un tráfico bastante heterogéneo. Pero sí, podríamos decir que el público medio es alguien que lee y lee mucho.

- RM: Es curioso, volviendo un poco al tema del nombre. Porque precisamente el que se llame Democresía, por la música a democracia e hipocresía que trae, ha acercado a gente que en principio no nos habría leído en ningún caso. Por lo que no solo a través de la temática sino también del puro marketing y de la selección de textos que por lo que sea se quedan fuera de la agenda informativa, se puede trazar puentes con gente insospechada.


- RM: De ninguno. O al menos eso pretendemos. Queremos que la revista sea un espacio plural donde aquel que se sienta con la suficiente autoridad para escribir un texto solvente, lo haga. Ya serán nuestros propios lectores o colaboradores los que harán la réplica si están o no de acuerdo con las tesis defendidas. Este es un fenómeno que se empezó a dar de forma espontánea hace dos años y está funcionando muy bien. Nos ha pasado con multitud de temas. El que se me viene a la cabeza: con la serie “The Leftovers” de HBO. Dos colaboradores la han defendido y otro lo ha criticado. Y los dos artículos caben. Y están estupendamente escritos. Y son antagonistas.


- RM: Sí, perdona.  No tenemos una perspectiva política, pero sí vital. Somos católicos. Y estamos insertados en la vida pública. Tenemos una responsabilidad que cubrir. Hay que formar opinión. Hay que generar puntos de encuentro a través del periodismo porque hay posiciones enconadas que ya rayan la histeria. Y no nos estamos entendiendo y por eso están ocurriendo cosas. Guerra de autobuses, una clase política opaca y engreída en los títulos que tiene y deja de tener… Hay que volver la mirada, aunque sea solo de vez en cuando, a las cuestiones fundamentales.


- IP: Bueno, por suerte esa no es nuestra batalla. Nosotros hacemos un post al día. E intentamos que sea de calidad y gratuito. Hasta ahora nos hemos sostenido gracias al mecenazgo y esperamos poder hacerlo a través del valor que creemos para los suscriptores.  No vamos a entrar en el juego del click fácil, sin que este tenga una mínima propuesta de fondo, porque sería traicionar nuestra forma de entender lo que tenemos que hacer.


- IP: Los premios han sido un empuje de tráfico que han permitido afianzar la marca y abrir nuevos sitios donde estar. Gracias a esto empezamos a colaborar con Paco Serrano en Radio Internacional. Nos empezaron a llamar de sitios. Estamos en la actualidad colaborando con Alumni UFV para sacar eventos con distintos personajes de la actualidad, tratando de ir a fondo con temas que van desde la actualidad hasta la historia, la literatura, la política o la filosofía. Tenemos un paquete de medidas no solo para hacer rentable el proyecto sino para cubrir cada vez más ámbitos y entrar en contacto cada vez con más personas.  


- IP: Pues seguramente en la parte de desarrollo económico. Es algo en lo que llevamos ya cierto tiempo para dar con la clave del modelo de negocio sabiendo que los números son importantes, pero no la esencia ni razón de ser de este proyecto.

- RM: Sí. Yo también sumaría la falta de recursos, especialmente de tiempo porque Nacho y yo y el resto del equipo tienen sus respectivos trabajos. Es duro tener perfectamente localizado tu público objetivo y saber que por falta de algún euro más, de alguna hora más, pues en vez de llegar a diez llegas a uno. Pero ¡bendito uno! Tenemos unos lectores magníficos y cada día me sorprendo más de lo mucho que tenemos que aprender de ellos, de su formación, de su forma de ver la actualidad.  


- RM: seguir intentándolo. Sea de la forma que sea. Con más o menos ambición. Pero no creo que se pueda renunciar a establecer un espacio de diálogo y debate hoy en día. El tiempo nos dirá si estamos llamados a cubrir más o menos espacio, pero de partida, no es una opción dejar de existir.