William Friedkin, que dirigió en 1973 la película "El Exorcista", considerada por muchos como la mejor película de terror de la historia, está difundiendo el trailer de su documental "The Devil and Father Amorth" (El diablo y el padre Amorth), que recoge una sesión real de exorcismos en mayo de 2016 a cargo de quien fuera durante 31 años el exorcista oficial de Roma, el padre Gabriel Amorth, fallecido 4 meses después, con 91 años. 

El 31 de agosto Friedkin ya presentó este documental de 68 minutos en la Biennale de Venecia, fuera de concurso y en lengua inglesa. Ahora difunde su trailer. El documental se centra en la percepción de Friedkin de todo lo que ve, en la sesión a la que asiste y en la que filma, y en sus entrevistas a psiquiatras y neurocirujanos comentando el caso.  




Pese a la fama mundial del cineasta (tiene el Oscara al Mejor Director por la película "The French Connection"), asegura que el documental sólo se estrenará en cines de Nueva York y Los Ángeles el 20 de abril. Posteriormente tendrá un estreno global por Internet.

Curiosamente, el estreno coincide con el curso anual para exorcistas que se celebra en Roma, en el Instituto Sacerdos, del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, del 16 al 21 abril de 2018. Es ya la décimotercera edición de este "Curso de Exorcismo y de Oración de Liberación", que no es solo para sacerdotes sino para su equipo de ayudantes y colaboradores (los laicos necesitan una carta de su obispo), que muchas veces tienen que lidiar con temas de sectas, manipulación psicológica, trastornos por drogas, brujería y esoterismo... y temas exorcísticos propiamente dichos. Entre los varios ponentes del curso figuran Luigi Negri, obispo emérito de Ferrara (Italia); Rafael Martinelli, obispo de Frascati (Italia); el sacerdote exorcista César Truqui; y la psicóloga Anna Maria Giannini. 

El director del Instituto Sacerdos, el español Pedro Barrajón, doctor en teología por la Gregoriana, explicaba el 15 de marzo en Aciprensa que “tratamos de ofrecer un programa serio, bien estructurado, con buena fundamentación bíblica, teológica, pastoral, canónica y en las ciencias humanas. El curso fue muy acogido desde el inicio”. Añade, además, que "es necesaria la formación canónica, elementos de psicología que permiten distinguir una enfermedad mental de verdadera acción diabólica, comprender cuáles son los criterios de discernimiento para poder juzgar si se trata verdaderamente de un caso de posesión”. 

(Más datos sobre el Curso de Exorcismos aquí en su web oficial en Sacerdos.org) 




El cineasta Friedkin explicó en la Biennale de Venecia que en 2016 sintió el impulso de hablar con el famoso padre Amorth. Después de todo, ni el cineasta ni el novelista de la obra original, el católico William Blatty, habían visto nunca un exorcismo real. Friedkin pidió a su amigo teólogo Andrea Monda, en Roma, que le intentase conseguir una entrevista con el padre Amorth. Y en pocos días lo conseguía. Hablaron en persona en su residencia el 5 de abril, "durante más de dos horas, antes de que le pidiese permiso para asistir a un exorcismo y filmarlo. Me dijo que lo pensaría unos días".

Amorth aceptó citarle para un exorcismo el domingo 1 de mayo a las tres de la tarde. Podría filmar con una cámara de mano, pero sin focos, y tendría que acudir solo, sin otros cámaras. "Este documental es el testimonio de la experiencia vivida aquel día, junto con las opiniones de algunos de los más ilustres neurocirujanos y psiquiatras de Estados Unidos a quienes enseñé la película. Solo puedo definir esta experiencia como transformadora, un viaje de exploración, el cierre de un círculo iniciado hace más de 45 años".


 "No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar", explica Friedkin en el trailer

En el tráiler insiste: “Esto no es ficción. Es diferente de todas las películas que has visto. Y yo estaba allí para filmarlo”. "No sabía qué esperar", explica Friedkin en el trailer, mirando a la cámara.  


En una entrevista hace meses con la revista Variety, Friedkin explicaba lo que sintió: “Fue aterrador. Pasé de estar asustado por lo que podría pasar, a sentir una real empatía con el dolor y sufrimiento de esta mujer”. 

¿Por qué Amorth aceptó que el cineasta filmara un caso? Por un lado, la película de ficción le había gustado. Por otro lado, Amorth, muy anciano, quería asegurarse que la gente se concienciase de que los exorcismos son necesarios. 

“Creo que llegué en un momento en que él (Amorth) quería que la gente supiera de su trabajo para que el Vaticano entrenara más exorcistas. Él pensaba que podía tomar esta historia… que sería capaz de mostrarla al público como una película”, declaró Friedkin.

El documental, según los que lo vieron en Venecia, repasa la vida del padre Amorth y luego se centra en el caso de Cristina, una joven de treinta años de un pueblo cerca de Roma. Es su novena sesión de exorcismos. Se convulsiona y grita cuando el sacerdote y sus parientes empiezan la oración. 


"Estoy convencido de que lo que he visto era todo real. [...] Estábamos ante una realidad y teníamos miedo", insistía Friedkin al presentarlo. 

Friedkin aseguró que la voz de Cristina, de cierta textura cinematográfica, no fue trucada en absoluto y que, de hecho, la encargada del montaje de la película "quedó muy sorprendida". Explicó que, "al comienzo fue una experiencia terrorífica ver cómo había mutado la personalidad de Cristina".

"He visto que el mundo podía ser dominado por el mal, que puede golpearnos sin advertirnos", refirió, para asegurar después que "un exorcismo no es un espectáculo". 

Sobre el padre Amorth señaló que "era un hombre muy divertido, tenía mucho humor y no tenía miedo del diablo. Yo sí. Él consideraba al diablo con ironía. Puedo decir que tenía una convicción total de su trabajo. Había hecho muchos exorcismos, para él era divertido, irónico", subrayó. Amorth, dice, "no trataba el diablo como una potencia superior del mal, sino como un idiota, un estúpido". 


Ante los periodistas en Venecia, Friedkin dijo creer y respetar las enseñanzas de Jesús pese a no ser católico. Afirmó que ha visto "cosas en muchas partes del mundo" que le han sorprendido, como el vudú, pero que nunca creyó que "hubiera algo de auténtico en el exorcismo"... hasta conocer a Amorth. 



Escenas del documental de William Friedkin. Fuente: Vanity Fair, que incluye un amplio artículo del cineasta.

En la entrevista a Vanity Fair, Friedkin explicó que presentó sus imágenes a dos neurocirujanos (Neil Martin y Itzhak Fried). "Parecían desconcertados al definir su enfermedad, y ambos coincidieron en que no era algo que pudiese intentar curarse quirúrgicamente". También lo presentó a 4 psiquiatras que lo comentaron entre ellos durante hora y media. Todos coincidieron en que no hay fraude, lo que se ve "es algo real". Dos aceptaron que el exorcismo pudiera ser terapéuticamente beneficioso, sin necesidad de recurrir a lo sobrenatural necesariamente. 



"Que algo le pasa a ella, está claro, pero quizá es ella la que le aporta el contexto religioso; como ella cree, 'sabe' lo que le pasa, piensa que está poseída por el demonio", dice uno de los psiquiatras entrevistados. 

Habla también el obispo Barron, de Los Angeles, muy acostumbrado a trabajar con cámaras y periodistas. "Creo que es algo peligroso acercarse tanto al demonio; quizá el padre Amorth puede hacerlo, yo no podría nunca", explica Barron.



"Esto es diferente a todas las películas... y yo estaba allí para filmarlo", finaliza la voz de Friedkin en el trailer. Habla el autor de la -para muchos- mejor película de terror.

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