Los Museos Vaticanos ofrecerán, previsiblemente, el próximo año una gran exposición sobre el “lado espiritual” del conocido y controvertido artista Andy Warhol. Esta muestra se produciría tanto en Roma como en Pittsburgh.

Según informa The Art Newspaper, los funcionarios del Vaticano ya se encuentran la parte final de la negociación  con el Museo Andy Warhol, que tiene su sede en Pitsburgh. Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, ha asegurado que “estamos muy interesados en explorar el lado espiritual del artista”.

Diálogo con el arte contemporáneo

“Es muy, muy importante para nosotros tener un diálogo con el arte contemporáneo. Vivimos en un mundo de imágenes y la Iglesia debe ser parte de esta conversación”, agrega Jatta.


Barbara Jatta es la directora de los Museos Vaticanos.

Warhol, uno de los artistas más conocidos del siglo XX, destaca sobre todo por su pintura de la lata de sopa de tomate y por la imagen de Marilyn Monroe, ambas imágenes icónicas del arte contemporáneo.

Pero su vida estuvo marcada por la transgresión y la provocación pero también la oración y la fe. Estos últimos aspectos son los que pretende destacar el Vaticano, que además se produjeron más al final de su vida, cuando pintó más de 100 imágenes inspiradas en La Última Cena de Leonardo Da Vinci.

Una selección de su obra se mostraría en el Vaticano

La exhibición en el Vaticano, de acuerdo con The Art Newspaper, incluirá algunas de estas pinturas, así como serigrafías de calaveras. Se espera que tenga lugar en el Braccio di Carlo Magno, un espacio de exhibición en la Plaza de San Pedro.


Esta es una de las obras más conocidas realizadas por Andy Warhol.

Religión en Libertad
ya habló sobre estos dos extremos en la vida de Warhol, por un lado su confesión como católico y por otro lado la utilización de pornografía en algunas de sus obras.

Entre la transgresión y la oración

Hay una parte de la vida de Warhol sobradamente conocida: homosexual declarado, artista transgresor que incurría en la pornografía o el sadismo en muchas de sus producciones, provocador de una sociedad todavía cristiana en una época -los años sesenta y setenta- donde la provocación progre resultaba muy rentable.

Pero hay otros aspectos de su personalidad, bien notorios para los conocedores de su biografía pero no tan divulgados. Warhol se confesó siempre católico del rito bizantino ruteno, iba a misa casi diariamente y, según Jane Dagget en su obra The religious art of Andy Warhol, confesó haber guardado el celibato durante toda su vida. Llevaba una cadena con un crucifijo al cuello, y jamás viajaba sin su misal y su rosario.

La confesión de un párroco de Nueva York

Y dedicó una serie de pinturas a variaciones sobre La Última Cena de Leonardo da Vinci donde, según Matthew J. Milliner en la revista conservadora First Things, destaca "la reiteración como una constante el gesto de Jesucristo en el momento de entregarse en sacrificio por amor".

Cuando murió, el párroco de la iglesia neoyorquina de San Vicente Ferrer afirmó que asistía al templo varias veces por semana, aunque se sentaba en los últimos bancos para no llamar la atención. Consideraba su religiosidad un asunto absolutamente privado, así que llegaba a media tarde, encendía una vela y rezaba durante quince minutos en una de las capillas laterales de la parroquia. Servía comidas, además, en un comedor social de la comunidad bizantina. Y el historiador británico del arte John Richardson dijo algo más en la elegía que le tributó a su muerte: "Tengo la certeza de que fue responsable al menos de una conversión. Y se sentía orgulloso de sufragar los estudios de su sobrino para ser sacerdote".