Hay gente que querría tenerlo todo medido, contado, pesado y dividido. Y, cuando es gente hedonista, tenerlo también consumido. Una agradable y confiable materialidad.

Pero en la vida real abunda el Misterio, que no es un mero enigma: el Misterio asombra, se celebra, es siempre "más grande". Lo sagrado, decía Rudolf Otto, es un "misterio tremendo que fascina".

Por eso, a Scott Derrickson, director de Doctor Strange, la última película de Marvel, aunque es protestante, le gusta la Iglesia Católica.


  Scott Derrikson, directo de Doctor Strange, la nueva película de Marvel, a la que alaban porque no parece de Marvel 

"Llevo un rosario de San Francisco casi todo el tiempo, hay muchas cosas del catolicismo que se han hecho cada vez más importantes para mí. Flannery O´Connor dijo que el catolicismo es la única institución que queda en el mundo que protege el misterio, y pienso que es cierto", explicaba en 2014 en Christianity Today.

Y eso es lo que busca Derrickson en sus películas:lo buscaba en 2005 con El Exorcismo de Emily Rose, lo buscaba en 2014 con Líbranos del mal, y lo busca ahora con la película del Hechicero Supremo de la franquicia de superhéroes Marvel, qu se estrena este viernes 28 de octubre: él quiere proteger el misterio.




Quizá Tony Stark, el genio dentro de la armadura de Iron Man, puede hackear los portentosos objetos asgardianos y presentarlos como otra forma de ciencia. Pero no le servirá con el Doctor Strange: aquí la magia es magia, y el mundo, el mismo tejido de la realidad, puede colapsar porque hay realidades más elevadas. ¡El mundo "material", que parece tan firme, es en realidad muy frágil! 

"El terror es el género de la no-negación", afirmaba Derrickson de sus películas de exorcismos. Lo realista es admitir que hay dragones, que hay que enfrentarlos, que el mal existe, que podemos morir. "El mundo me parece fantástico, lo desconocido es masivo, y eso puede asustar, de ahí mis películas de terror", explicaba al crítico de cine del New Zealand Herald, Karl Puschman. 

"Yo crecí con muchos miedos, pero he trabajado duro en mi vida para afrontar mis temores. En cuanto a Doctor Strange, he llegado a una edad en que he expulsado mucho de ese miedo y estaba listo para mostrar en una película un lado más luminoso de cómo veo las cosas". 


Doctor Strange es un cirujano materialista, hedonista, orgulloso, presumido... pero a partir de un accidente deja de poder realizar operaciones. Y entonces descubre el mundo mágico. Al principio se opondrá, intentará negarlo, pero el Misterio está ahí. Acabará siendo el Hechicero Supremo, ahora con más sabiduría y humildad, para hacer lo que debe hacer un doctor: ayudar a la gente. 

"La vida es una experiencia espiritual, consiste en crecer. Estamos aquí, creo, para desarrollarnos como individuos", explica el cineasta a Puschman.

"No me refiero a esa basura new age ni estoy hablando de teología religiosa. Hablo acerca de que hay un camino para vivir y un camino para no vivir. Y el camino para vivir es tener conciencia de cuán misterioso es el universo. Doctor Strange trata de esas cosas: crecer como ser humano y desarrollarse y ser mejor".




Para demostrar que la magia es misteriosa en esta película, intentó evitar lo que considera el efecto Star Wars ("evitar que las luchas consistan en tirar rayos de luz"). Buscó un "tapiz de fondo surreal". Tomó algunas ideas buenas de los cómics del Doctor Extraño (la serie nació en los años 60, a veces mensual, a veces bimensual, y era la preferida de Derrickson). Y se planteó: "¿Qué podemos ofrecer que no se haya visto ya en el cine?"

Las críticas cinematográficas por el momento le han dado la razón: alaban los efectos especiales de la película ("vuelve la magia al cine", dicen la mayoría), alaban el reto mental al espectador que queda subyugado y gratamente desorientado, alaban la paleta de colores serios, austeros, alaban los toques de humor y homenajes (incluyendo a Bruce Lee, Karate Kid o Kung Fu), alaban el trabajo de actores, con Tilda Swinton como "el Anciano", que entrenará al hechicero novato, y Benedict Cumberbatch -el último y desquiciante Sherlock Holmes de Inglaterra- como protagonista. 



Son casi dos horas de película y los críticos aseguran, a modo de loa: "no parece una película de superhéroes Marvel". Pero lo es.


Parece que habrá una trilogía, siguiendo -se especula- el modelo de la serie de Batman El Caballero Oscuro: primero, la historia de un hedonista que viaja al Himalaya donde aprende artes oscuras y espirituales; luego, contar más en profundidad acerca de sus enemigos y temores. 

También parece que, siguiendo a los comics de Los Defensores, El Doctor Extraño (Doctor Strange) puede juntarse en alguna aventura con los héroes callejeros de las teleseries Marvel en el canal Netflix: Luke Cage, Iron Fist (Puño de Hierro), Daredevil (con su confesor a mano), Jessica Cage... Quizá incluso Hulk.


Derrickson es protestante presbiteriano, pero confiesa desde hace años que está "a un libro de Chesterton de distancia" de hacerse católico. Explica que una cosa que le retiene es que no sabría como educar católicamente a sus hijos. Chesterton (un escéptico que se hizo anglicano y luego católico) es su escritor favorito, y aseguraba en 2014 que la católica Flannery O´Connor, con su descripción del mal y la miseria humana, es su gran inspiración entre los autores norteamericanos. 

"Creo que al ir haciéndome mayor, mi amor continuado por el Doctor Extraño se debe a que es un personaje que se transforma a través del sufrimiento", explica en otra entrevista, quizá de forma católica y flanneriana. "Él ha pasado por ese trauma y sufrimiento, ya desde su infancia en los cómics. Pero se apropia de ese sufrimiento que lo limita. Y lo hace perdiéndolo todo de forma dolorosa, insoportable. Finalmente, encuentra la trascendencia de sí en algo místico. Eso es el doctor Extraño, y me encanta".

Lo mismo podría decirse de cualquier cristiano en la vía de la Cruz.