Por fin verá la luz la película sobre uno de los casos más graves y sangrientos de la historia reciente de Estados Unidos y que había pasado de puntillas por los principales medios de comunicación del país.

Se trata del filme sobre el juicio a Kermit Gosnell, dueño de un centro abortista en Filadelfia y condenado en 2013 a cadena perpetua por asesinato en primer grado de varios bebes recién nacidos, homicidio involuntario, abortos ilegales así como la violación de otras leyes. Sin embargo, fueron decenas la cantidad de bebés que fueron asesinados brutalmente, generalmente con unas tijeras una vez nacidos, y cuyos restos fueron encontrados diseminados por el centro.

El silencio de los medios

Superando enormes dificultades y el hecho de que Hollywood considerase “demasiado controvertido” hacer una película sobre este caso en el que el aborto aparece como lo que es, finalmente la película será estrenada el próximo mes de octubre y ya ha presentado el tráiler oficial.

El 12 de octubre la película Gosnell: The Trial of America´s Biggest Serial Killer (Gosnell, el juicio al asesino en serie más grande de Estados Unidos) será estrenada en 750 cines de todo el país. En ella se relatará la historia real de la investigación y el posterior proceso que llevó a este médico abortista a prisión, mostrando el inmenso mal que dejó a sus espaldas.

La película ha tardado cuatro años en poder ver la luz pues el mal del aborto es un tema tabú en Hollywood, hasta que finalmente los periodistas y documentalistas irlandeses Phelim McAleer y Ann McElhinney se empeñaron en llevar al cine esta historia que sorprendentemente para ellos había pasado con apenas relevancia por los medios de comunicación.

Una historia que necesitaba ser contada

"Quería decir la verdad y contar una historia que necesitaba ser contada", explicó McAleer, un documentalista de crímenes, al digital The Daily Signal, pues “odio los encubrimientos". El productor se refiere a la sorprendente escasa cobertura de los medios, pese a tener todos los elementos para llenar periódicos, telediarios y reportajes especiales.

"Supuse que una vez que él [Gosnell] fue condenado, que iba a haber una mega película, ¿por qué no hacer una película sobre esto?", añadía McAleer a Life News. "Así que esperé y esperé y me di cuenta, ¡wow!, ¿nadie está haciendo una película con esto? Eso es porque no quieren, Hollywood no quiere tocar esta historia o cubrir esta historia. Entonces, si ellos no van a hacerlo, entonces debería hacerlo yo. Hemos hecho esto antes; hemos estado contando historias durante toda nuestra vida. Haremos una película, y la hicimos”.

El filme sobre este sanguinario abortero se ha financiado a través de una página web de aportaciones voluntarias recaudando así 2,3 millones de dólares para que así se conozca en todo el mundo la “casa de los horrores”, el nombre con el que el FBI denominó el centro abortista de Gosnell.

El director de la película, Nick Searcy, explica que “cuando me pidieron que considerara dirigirla, leí el guion de Andrew Klavan. Me sorprendió toda la información que no sabía sobre el aborto. Quería compartir esa información con la mayor cantidad de gente posible, porque pensé que sería beneficioso para cualquiera, sin importar su postura sobre el asunto”.

El actor Dean Cain interpreta en la película al detective James "Woody" Woods

"Sentí fuertemente que tenía que hacerlo. Me sentí llamado a tratar de hacer justicia con esta historia”, agregó.

El "miedo" que ayudó a Gosnell

Searcy explicaba igualmente que "el miedo es lo que le permitió a Gosnell salirse con la suya con el asesinato durante tanto tiempo, porque los políticos tenían miedo de ser tachados de 'racistas' o 'antimujer' por inspeccionar su clínica". Igualmente, consideró que "el miedo es lo que impidió que los medios cubrieran el juicio, porque tenían miedo de que los hechos del caso ayudaran al lado provida, o tenían miedo de lo que sus colegas pensarían de ellos...".

El director y los productores decidieron omitir la sangre derramada que rodeaba el caso al crear la película para así conseguir que puedan verla mayores de 13 años. En cambio, solo hará alusión a las acciones más gráficas de Gosnell, por ejemplo, haciendo que el actor utilice sus tijeras, pero sin mostrar directamente cómo cortaba la médula espinal de los recién nacidos, como solía hacer.

El actor Earl Billings, conocido por su papel en una conocida serie de ABC, hará de Kermit Gosnell, mientras que Dean Cain, que interpretó a Superman en otra serie de este mismo canal hará del detective James Wood, que llevó la investigación del caso del asesino en serie de Filadelfia.

Sin embargo, algunos actores se mostraron reacios a aceptar papeles, y después de ser elegidos, algunos renunciaron.

Cien cuellos cortados que no interesaron a los medios del establishment

Los crudos testimonios en el juicio incluyeron informes de que Gosnell y su personal cortaron los cuellos de más de cien bebés que sobrevivieron a abortos. Un médico en la clínica testificó que el procedimiento era "literalmente una decapitación”. El informe presentado en el juicio señala que la mayoría de los actos no podían ser procesados porque Gosnell destruyó los archivos.

Kermit Gosnell, de 72 años, cumple en estos momentos una pena de cadena perpetua sin revisión

El nombre de Gosnell se convirtió en un grito de guerra para los defensores de la vida, que lamentaron la falta de cobertura de los principales medios de comunicación en su juicio. Sus esfuerzos en las redes sociales han ayudado a llamar la atención sobre el caso. La presidenta del grupo pro-vida Live Action, Lila Rose, dijo que los “espantosos e inhumanos crímenes” de Gosnell “clamaban justicia”.

Una historia siniestra

La clínica de Gosnell tuvo una mínima supervisión en 1993, y desde entonces ninguna más. Los asesinatos de bebés sobrevivientes de abortos en su clínica no fueron descubiertos hasta que el FBI (Federal Boureau of Investigation) y la DEA (Agencia de Control de Drogas) realizaron una redada en febrero de 2010, buscando pruebas de distribución ilegal de analgésicos que requerían receta médica.

Los investigadores encontraron salas manchadas de sangre y equipos sucios. La clínica almacenaba fetos abortados en un congelador en el sótano, en contenedores plásticos de comida y bolsas, junto a los almuerzos de los trabajadores.

Gosnell conservó pies cortados de bebés no nacidos, preservados en frascos de muestras, presuntamente para futura identificación de muestras de ADN.

Los trabajadores de su clínica habrían mandado a mujeres a dar a luz en retretes, un médico habría contagiado una enfermedad de transmisión sexual a mujeres debido a los pobres niveles de calidad y un trabajador de 15 años administró anestesia a pacientes. La clínica presuntamente daba mejor trato a las pacientes blancas. Muchos de los exempleados de Gosnell se han declarado culpables de asesinato y otras acusaciones.