La sección de vídeos de Religión en Libertad tiene un ganador absoluto en 2012, muy destacado sobre los demás: Daniel Jenky, obispo de Peoria (Illinois). ¿Por qué esta sorprendente e indiscutible victoria?

Indudablemente, porque sus impresionantes cuatro minutos de una homilía bajo el título "La Iglesia sobrevivirá" merecen figurar en las grandes antologías de la apologética católica y cautivaron a nuestros lectores mucho más que cualquier otro de los que ofrecimos. La convicción y contundencia de monseñor Jenky al recordarle a Barack Obama que no podrá destruir al Cuerpo Místico de Cristo merecen el triunfo por goleada que han obtenido.

La segunda plaza se la lleva El faro, un vídeo de animación que tocó el corazón de nuestros lectores con su mensaje directo y sencillo sobre lo que son los padres para los hijos.

Y completa el podio otro corto, en este caso una recreación moderna de la parábola del hijo pródigo, que vuelve a recordarnos, como en los Evangelios, que el amor del Padre no tiene límites y no espera a que pidamos perdón, sino que nos sale al encuentro para suscitarlo.

En cuarta posición, una de las grandes cuestiones que plantean los ateos: si Dios existe, ¿por qué hay mal en el mundo? La respuesta animada en minuto y medio que les ofreció este vídeo gustó mucho porque satisface plenamente a la razón y al corazón.

El quinteto de cabeza lo completa "el Rey". Normal: ¿cómo no caer rendidos ante el homenaje de Elvis Presley a la Virgen María y al Rosario? Por mucho menos que esto leemos en Las glorias de María de San Alfonso María de Ligorio que nuestra Madre se moviliza en la hora de la muerte para echarnos una mano. ¡Así haya sido!

Le sigue a poca distancia otro grande, pero éste del cine, Juan Manuel Cotelo, que hizo su aportación al primer Congreso Nacional de Pastoral Juvenil con un vídeo sobre la evangelización de los jóvenes cuyo título es toda una declaración de intenciones: "También vosotros daréis testimonio".

En séptimo lugar se coló el arte: la espectacular visita en tres dimensiones a la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, permitiendo apreciar su estructura y su historia, enseñó mucho, y también animó mucho a peregrinar a Tierra Santa, que necesita cristianos. Y no sólo turistas cristianos, también habitantes cristianos.

La octava plaza, para otro arte, en este caso la literatura. El cantante chileno Francisco Salas versionó el más célebre soneto penitencial de Félix Lope de Vega ("¿Qué tengo yo que mi amistad procuras...?") y arrasó con la versión.

Y llegamos a la novena posición con otro que arrasó: justo en las fechas en las que el Tribunal Constitucional español destruía el Derecho y el Diccionario considerando matrimonio cualquier cosa, un niño demostraba con su simplicidad infantil la realidad y la naturaleza de las cosas.

Cerramos la lista con otro vídeo que tocó nuestra fibra sensible: nos recordó la importancia de los sacerdotes en nuestra vida. Nos reciben con el bautismo, nos despiden con la extremaunción y el funeral, nos acompañan en la confesión y la comunión, nos casan... ¿Se lo agradecemos lo bastante?

A estos que ustedes han elegido con su elevado número de visionados vamos a añadir dos que se han quedado al borde de entrar en el Top 10 y que sería una pena que no recordásemos en esta selección, porque han gustado e impactado.

Uno, el extraordinario corto Evidence [No hay pruebas], en el que nos enfrenamos a un tribunal que juzga a una joven por ser católica. ¿Es inocente o culpable? Las cosas no son lo que parecen, y la sentencia final nos deparará sorpresas.

Y otro, justo el que ha sido último vídeo del año, pero que, como se diría en el argot radiofónico, irrumpe con fuerza en nuestra lista con tal empuje que le han faltado muy pocos visionados para estar entre los diez más vistos. Se trata de la canción Luca era gay, de Giuseppe Povia, un auténtico himno para las personas que superan la atracción por el mismo sexo. El sufrimiento de esas personas, tantas veces maltratadas a partes iguales por la homofobia y por los supuestos defensores de sus derechos, merecen ese empujoncito para que figure en este cuadro de honor.