"Antes no creían en Dios. O le consideraban un extraterrestre. O le tenían escondido en el congelador. Pero un día se encontraron con Él... ¡y cambiaron de vida! Un boxeador, una estudiante, un escultor, una actriz, una empresaria, un malabarista, una escritora, una modelo, un terrorista… Son inclasificables y están por todo el mundo. Se les llama ´conversos´”.

Así es como presenta la productora infinitomasuno.org la nueva película-documental de Juan Manuel Cotelo, el mismo director del fenómeno cinematográfico La Última Cima, y que estará disponible a partir del 111111.

"En estos últimos cuatro años he conocido por el mundo -dice Cotelo- multitud de historias asombrosas protagonizadas por gente de lo más variopinta, todos ellos con un rasgo en común: vivían en las antípodas de una vida religiosa". Aquí les presentamos a algunos de estos conversos-protagonistas de la película.



Según cuenta el mismo Cotelo, se trata de una empresaria mexicana que pertenecía a la masonería, practicaba el ocultismo y el esoterismo y predicaba contra la Iglesia católica. Cuenta en el haber de Irene dos divorcios y tres abortos. "Yo pertenecí a una secta anticristiana y me tocaba dar pláticas en contra de la Iglesia" revela la conversa.





Tim es un ex boxeador francés... de no parar de dar y recibir golpes a diestra y siniestra, pasó a dar y recibir el amor de Dios.


La película tiene entre sus protagonistas a la estadounidense Anne Sophie, víctima de una violación y un aborto. Hoy es monja en una congregación religiosa.


"Dios me estorbaba para lo que yo quería vivir", declara Rubén, que ejerció la prostitución en ciudades de México y en Los Ángeles. Hoy dirige un grupo de oración, con noventa homosexuales y lesbianas. "Es fácil imaginar los problemas que tuvo antes y después de su conversión", comenta Cotelo.


Quique era marxista radical y seguidor de las ideas de Nietzsche. Hoy es sacerdote. "Para nosotros ser cristianos era lo más bajo, lo peor, lo más infame...".


La conversión de la escritora española María Vallejo-Nágera es sorprendente.

"Yo era incrédula, había escrito una novela donde me burlaba de los sacerdotes, de la Iglesia, de mi fe, porque no tenía fe, era una mujer tibia y no entendía a Dios", cuenta la autora los bestsellers "Un mensajero en la noche" y "Mala tierra".

Después de algunos avatares propios de la juventud, de haberse casado y radicar en Londres, su vida cambió radicalmente el 9 de mayo de 1999 cuando visitó un pueblo bosnio ahora mundialmente famoso: Medjugorje.






Juanjo era el líder de una pandilla de delincuentes en Medellín, Colombia. Vivía rodeado de delincuentes, narcotraficantes y blanqueadores de dinero. El día en que anunció a la pandilla que se había hecho cristiano, le dijeron: “Estás muerto. Te has pasado al enemigo”. Hoy es sacerdote.




"En fin… para todos supuso un cambio radical y todos reconocen hoy que les mereció la pena cualquier dificultad, porque no se compara con la paz encontrada", dice Cotelo.