El robot KR16, de fabricación alemana y probado en Sevilla, empezó la semana que pasó con la tarea de escribir la Biblia, a pluma y en cuidada caligrafía medieval, ante la puerta de la catedral de Tréveris (oeste de Alemania).

La mano firme del robot, apuntalado en un contenedor industrial de siete metros de largo a modo de escaparate, inició lo que se perfila como un largo trabajo de once meses de duración, las 24 horas del día.