Año del Señor 2023

30 de diciembre
 
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
LA PROMESA DEL DIOS FIEL
 
Estos días, en mi oración me gusta orar con este gran misterio que Jesús nos regala: Su nacimiento. Por más que intento entender algo, me supera por todos los sitios. ¿Cómo es posible que todo un Dios se haga hombre? ¿Cuál es el motivo de todo? Y solo encuentro la respuesta: es por amor. Solo el amor es capaz de hacer locuras.
 
Es verdad que en nuestra vida necesitamos un Salvador, que nos salve del pecado, de la desesperación, del miedo, de la frustración, de todo aquello que no nos deja ser felices y vivir en paz, y que está por encima de nosotros. Un Salvador solo lo necesitas cuando reconoces que no puedes salvarte. Cuando piensas que puedes salvarte con tus fuerzas, luchas y luchas sin tener en cuenta nada ni nadie. Pero cuando te encuentras con tu debilidad de frente y te das cuenta de que no puedes, que lo has intentado mil veces, entonces te rindes, caes de rodillas a los pies de este Niño Dios y le pides que sea Él quien tenga que ser fuerte en ti.
 
Escuchaba este Navidad un villancico muy humano y divino. La letra es muy profunda porque mezcla este misterio de humanidad y divinidad. En el estribillo dice: “Emmanuel, Dios con nosotros, la promesa del Dios fiel. Le arropan con cariño, se le congelan los pies. Emmanuel, naciste humilde, mi Jesús de Nazaret. Esos ojos, esas manos, que se empiezan a mover”. Este es la grandeza de la Navidad, Emmanuel, la promesa de un Dios que es fiel, pero es fiel contigo y conmigo. No es una fidelidad general, es una fidelidad personal. El Señor te ha hecho una promesa de salvarte en Cristo y ahora eres tú el que tiene que aceptarla. Porque por Su parte ya lo ha hecho.
 
Si te das cuenta, muchas de las imágenes del Niño Jesús están con los brazos abiertos y estirados para que le cojas en tus brazos. Te está pidiendo entrar en tu vida. 
 
Hoy el reto del amor es coger a Jesús en tus brazos, al Niño que tengas en casa o en la parroquia. Mírale y dile que le acoges en tu vida, que quieres que sea tu Salvador y que viva siempre contigo.
 
VIVE DE CRISTO 
 
¡¡¡Feliz Navidad!!!