Año del Señor 2024 

25 de enero
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
AGENDANDO
 
En mi celda tengo unas pequeñas plantitas. Siempre que las veo, pienso que aprender a cuidar de una pequeña planta tiene como una pedagogía para aprender a cuidar otras cosas más importantes.
 
El mejor lugar para estas plantitas es cerca de la ventana, porque necesitan luz. Pero la repisa de mi ventana está un poco inclinada, por lo que un día se cae un tiesto, otro día tiro otro con el estor, hay veces que no sé cómo regarlas para no manchar el suelo de la celda…
 
Así que he ideado un soporte de madera para salvar la inclinación. Está pensado para retener el agua del riego y para encajar los tiestos en círculos agujereados en la madera, y además es muy mono.
 
Todo esto me ha hecho ver que para poder cuidarlas bien y que no supusieran un peso para mí, tenía que darles un espacio en mi celda.
 
En realidad, el Señor me estaba hablando de algo mucho más allá que las plantas. Cualquier cosa que comienza a tener importancia en nuestra vida requiere darle un espacio apropiado. Desde la oración personal, entregarse, o hasta una amistad… hay multitud de cosas clave que solicitan más.
 
Hoy en día, se lleva mucho eso de “agendar”, pero es que es cierto que lo que no registramos en nuestro horario, terminamos dejándolo como menos importante.
 
Jesús, en los evangelios, sabía organizar su tiempo y su espacio: los días para los hombres y las noches para estar a solas con Su Padre; un espacio especial para los apóstoles, tiempos para ir explicándoles la Palabra, y siempre con tiempo para cualquiera que se acercara a Él con sencillez de corazón; de tal manera que Él “ve” a quien pasa desapercibido para los demás.
 
¡En Su Corazón todos encontramos nuestro hueco! Él es quien nos ha “agendado” en Su Vida, dándonos un amplio espacio: toda la eternidad. Y, mientras tanto, cuida de cada uno aquí en la tierra. Nada ni nadie nos puede separar de Su Amor.
 
Hoy el reto del amor es agendar lo más importante para ti. Quizá necesites comenzar por agendarte un rato de oración para preguntarle al Señor: “¿qué está ocupando mi corazón? ¿Qué es en realidad lo más importante?”
 
VIVE DE CRISTO
 
 
¡Feliz día!