Año del Señor 2023

27 de diciembre
 
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.  
 
LA FACHADA 
 
El año pasado, hice la fachada del Monasterio para el Belén. El otro día la saqué para ponerla y noté algunos desperfectos: unos por mi inexperiencia en la construcción y otros por el paso del tiempo: pintura saltada, un tejado desprendido... Empecé a pensar que no valía la pena intentar restaurarlo; no llegaría a tiempo, y arreglar todo me abrumaba.
 
Lo que más me preocupaba es que las ventanas de porexpán no encajaban completamente en su hueco porque estaban mal cortadas, y la luz del interior salía por rendijas, revelando imperfecciones.
 
El Señor, sin embargo, me mostró que debía seguir; los desperfectos no me podían paralizar. Nos empeñamos en mostrar la “fachada perfecta”; esto nos agota y paraliza. ¿En cuántos momentos nos quedamos en ella? Que todo esté bien, que parezca que… que no se den cuenta de qué… que si digo esto, van a creer que... Nos preocupamos demasiado. La primera actitud ante la pobreza es ocultarla.
 
Nuestro testimonio no tiene fuerza en aquello que queremos ser, sino en que la Luz de Cristo salga por esos agujeros de nuestra debilidad. No hay ninguna fachada perfecta; lo que la cambia no es intentar tapar el agujero, sino el encender la Luz, acoger a Cristo y Su Amor, sabernos amados.
 
Jesús no ocultó su pobreza, dejó que se manifestase el Amor con que Dios, a través de ella: rechazado, acusado, rodeado de los que menos valían, perseguido... Y nosotros, cubrimos aquello en que necesitamos ser amados, impidiendo experimentar Su amor en lo que más necesitamos.
 
La apariencia nos impide acoger el Amor de Dios justo. La Misericordia del Señor es para ti, descansa en Él con la actitud de un niño.
 
Jesús es para los pobres que se dejan amar; y hablamos de Cristo a través de nuestra pobreza, de nuestras grietas. Nos ha amado como pobres y queremos parecer ricos. Jesús se hizo tan débil como tú, te entiende; estate seguro de que Él te calmará, descansa en Él. Deja que Dios sea Dios en ti y te transforme con Su Amor.
 
Hoy el reto del Amor es que no te quedes en tu fachada, sino en la Luz que la ilumina. Cuando sientas una grieta en ti, da gracias al Señor, porque la ama y deja que pase Su Luz a través de ella; que sea Cristo el que transforme tu corazón con Su Amor.
 
VIVE DE CRISTO
 
¡Feliz día!