¿Sabéis uno de los motivos por los cuales no interesa erradicar la pornografía? Porque es un medio estupendo y eficaz de control de masas. Os lo cuento.

Está más que demostrado que el consumo de pornografía va afectando al cerebro de la misma manera que lo hacen las drogas duras. Va generando que cada vez la persona necesite ver cosas más fuertes y durante más tiempo para alcanzar los mismos niveles de satisfacción. Además va creando en el consumidor una mentalidad cosificadora de las personas, las más afectadas por esto son las mujeres. Nunca se ha hablado más de lo importante que es defender a la mujer, y nunca la mujer ha estado tan atacada. Maligna paradoja. 

Algunos me diréis: y si todo esto es así, ¿por qué no prohibirla? Y encontraremos algunos también que se alcen como defensores de la “libertad”, y que dirán que cada uno haga lo que quiera con su vida, y si quiere ver porno que lo vea. Yo a eso respondo que no serían capaces de decir a un hijo con problemas de droga que se drogue si quiere porque es libre. El problema es que no nos damos cuenta que la pornografía es como una droga.

La pornografía, al igual que las drogas, esclaviza a las personas: les quita su libertad de decisión, les mina su voluntad de decir “no”, les arrebata su tiempo, les va mermando la sana mirada sobre los demás y sobre ellas mismas. Piénsalo, ¿de verdad crees que es liberadora? Si tienes un enganche con ella, haz la prueba: ¿a que no eres capaz de dejarla un mes? Nos están diciendo, ya desde mayo del 68, que el “todo vale” en la sexualidad es liberador, cuando en realidad es al revés: el “todo vale” te va haciendo esclavo.

Volvamos ahora a aquello de que la pornografía es un estupendo medio de control de masas. Pregunta: ¿a quién es más fácil de controlar: a una persona esclava o a una persona libre? Fácil responder, ¿no? Como vimos, la pornografía esclaviza: es una forma de control y habiendo control puede haber manipulación.

Dice Adolf Huxley en el  su libro “Un mundo feliz”: “A medida que la libertad política y económica disminuye, la libertad sexual, en compensación, tiende a aumentar. El dictador hará bien en favorecer esta libertad (…) la libertad sexual ayudará a reconciliar a sus súbditos con la servidumbre que es su destino”. Ósea, que a más atontado esta uno de abajo mejor podrá quien esté arriba hacer lo que quiera.

En aplicación práctica podemos decir que puede haber problemas en la sociedad, se pueden ir restando verdaderas libertades, pero si los miembros de esa sociedad tienen pan y circo no se quejarán. La pornografía sería una parte de ese circo. Algo donde la persona acude a olvidarse por un instante de las profundas heridas que le desgarran el alma, de sus tristezas, de sus enfados, de sus miedos, de sus complejos, de sus sinsentidos, etc. Una persona que ha asumido que la vida que lleva es lo que hay y no hay solución más allá que encontrar alivio en el porno es una persona manejable. Ahogará los problemas personales en la trampa pornográfica, se cerrará cada vez más a los problemas de su familia y amigos, y no le importarán los problemas de la sociedad más que una pequeña queja las veces que le toquen de cerca. Se encerrará cada vez más en sí misma, se separará más y más de su familia. Y una sociedad formada por individuos que van solos en vez de por familias unidas es también mucho más fácil de manejar para quien quiera imponer su ideología.

La buena noticia es que siempre hay esperanza y que el camino de la pornografía es reversible. Salir de él requiere tiempo y el coraje de reconocer el problema y pedir la ayuda adecuada, que desde luego no te la va a dar quien te dice que el problema te hace libre. Y por supuesto siempre bajo la mirada y en la compañía de un Dios que conoce el camino para salir del encierro del sepulcro, y que no nos cosifica sino que nos ama y nos da infinito valor (tristemente también la pornografía mina esta visión y separa a la persona de Dios).

Y por supuesto, a medida que se sale de ella, aumenta el amor a uno mismo y a los demás, y la sensibilidad hacia los problemas sociales, porque la persona descubre que no es esclava sino libre, hija de Dios. Sin pornografía la sociedad es mejor, más unida y más libre.

Escribo esto porque mucha gente está atrapada, y muchos poderosos se están aprovechando de esto. Quizás venden la preocupación por el problema al mismo tiempo que le dan libre cauce por otro lado. Si tú tienes esta dificultad, ánimo, no lo dudes: pide ayuda. Tu matrimonio se puede salvar, te puedes reconciliar con tu historia, las heridas pueden sanar. Si conoces a alguien que arrastra este sufrimiento, acompáñale, anímale a pedir ayuda, dale esperanza. Y si alguien cercano coquetea con esto y dice que no es para tanto, no le hagas el juego, dile la verdad de lo que hay. Demos también a los jóvenes una educación sana en la afectividad y la sexualidad, digámosles a ellos la verdad también.

Y hasta aquí este artículo. Gracias por rezar por mi. Dejo abajo algunos lugares en los que se encuentra ayuda.

P. Patxi Bronchalo

Ayuda:
 
1- Los Centros de Orientación Familiar, que dependen de las diócesis, suelen tener personas especializadas en este problema: cofs.es
 
2- Hay grupos de recuperación, terapia y acompañamiento, los llamados Sexólicos Anónimos: sexolicosanonimos.org
 
3- Los amigos de Dale una Vuelta ofrecen ayuda y buenos recursos: daleunavuelta.org
 
4- El Doctor Chiclana, tiene una clínica de psicólogos y psiquiatras especialistas en esta aducción: doctorcarloschiclana.com
 
Si conoces más te agradezco lo compartas en comentarios. Y si quieres saber más te dejo el libro que hice al respecto. No he hecho este hilo para venderlo (ya me lo han dicho otras veces), es una ayuda que pongo a disposición el libro para conocer, comprende y afrontar el problema: https://t.co/gmvZfKP41s