No soy extremista, ni fanático, ni político. Soy sacerdote de la Iglesia Católica y ciudadano de la Nación Española. Intento ser fiel a la Verdad revelada y, por tanto, creo en Dios y creo también en la existencia del demonio.
                El demonio es el espíritu del mal que siempre está presente enredando. Hay cosas que no te las explicas si no es con la certeza de que  alguien disfruta sembrando cizaña. Y estoy convencido de que el demonio anda muy cerca del equipo de este Gobierno de España que nos ha tocado sufrir. Si no es así no te explicas que:
1.       Tengan tanto empeño en luchar contra la raza humana legalizando el derecho al aborto libre, sin cortapisas, con toda clase de facilidades, sin importar edad o circunstancias, sin darle valor a ser humano ya engendrado que, por favorecer los intereses egoísta de la madre, se le condena a muerte.
2.       Tengan tanto interés en fomentar el uso y abuso del sexo enseñando a los niños, adolescentes y jóvenes toda clase de prácticas eróticas, que acabarán en pura pornografía.
3.       Se niegue el derecho a la objeción de conciencia a los médicos y sanitarios, que no quieren estar a favor de la muerte de seres inocentes, oponiéndose a practicar el aborto ellos mismos.
4.       Que se dispense medicamentos peligrosos (píldora del día después) sin receta, sin control, sin ningún permiso de mayores, a niñas adolescentes que pueden sufrir muy probablemente efectos secundarios importantes.
5.       Que se esté fomentando una actitud anti natalidad, como si los hijos fueran un estorbo que hay que evitar o eliminar. La consigna “sexo sí, hijos no” ya viene de antiguo. Es una concepción totalmente materialista del hombre.
6.       Que se minusvalore, y se ridiculice la familia natural y tradicional, fomentando otros tipos de unión, incluso antinaturales como es el matrimonio homosexual.
7.       Que se pretenda convertir los colegios en seminarios del PSOE mediante el adoctrinamiento a través de “Educación para la ciudadanía”.
8.       Que se estén desmontando los valores humanos, sembrando una agresión contra una concepción humanista y cristiana del ser humano.
9.       Que se fomente el odio a la Cruz, y a todo lo que representa, eliminándola de los centros oficiales.
10.   Que se considere que todo ello, y muchos más, es un triunfo, un progreso, impuesto mediante la “dictadura democrática”, mediatizada por grupúsculos de extrema izquierda que tienen atrapado al partido del Gobierno por los votos,  las poltronas, el poder, el dinero…
                No es posible tanto dislate si no es por el parto, sin aborto, de unas mentes retorcidas e inficionadas por el espíritu del mal que, muy al margen del sentido común, busca la revolución antidemocrática tratando que todos pasemos por el aro de unas ideologías contrarias a nuestra cultura. Como sacerdote lo único que puedo solicitar de los demás es que recen y protesten, y nosotros los sacerdotes, además, pedir a San Miguel que nos libre del mal que nos acecha por desgracia. Yo particularmente pienso hacer más de un exorcismo. Y repito que no soy extremista. Solo intento ser coherente con mi fe, y así se lo pido a algunos “teólogos” y “teólogas” que quieren saber más que el Espíritu Santo.
Juan García Inza
Juan.garciainza@gamil.com