El nuevo orden erótico mundial

Diego Fusaro, intelectual italiano de izquierdas que se define como marxista, ha escrito un brillante libro, en el que hace un elogio del amor y de la familia, a la par que critica el que denomina “El nuevo orden erótico” (este es el título de la obra publicada por El Viejo Topo en 2018, 408 págs.) definido por la precarización de las relaciones amorosas y eróticas frente a la fuerte carga ética y de compromiso estable que caracterizó a la familia en la tradición occidental.

El lenguaje de Fusaro es con frecuencia estéticamente panfletario, pero su pensamiento es de gran profundidad y acierto conceptual. En este libro denuncia un hecho evidente hoy pero poco percibido habitualmente: la mercantilización progresiva del cuerpo, el amor y el eros, con la sustitución de la ética sexual cristiana por la nueva ética sexual capitalista. Pienso que sin darse cuenta de este hecho -cuya denuncia centra la obra comentada-, no se puede entender nuestro tiempo.

El autor es experto en Marx, Hegel y Gramsci; y desde el pensamiento de estos autores realiza una fuerte crítica del sistema capitalista actual  que extiende su lógica y expande sus criterios de consumismo también al terreno del amor y el eros. Esta óptica intelectual y la crítica en paralelo del moderno liberalismo económico y del creciente individualismo sentimental es la singularidad de esta obra, junto con un lenguaje de gran fuerza expresiva y lleno de neologismos como desetizar, neolibertinaje, turbocapitalista, gendercracia, plusgoce … y muchos más.

Algunas frases del autor nos muestran su estilo e ideas de fondo:

+ “La época posterior a 1989 es una época de colonización integral del mundo de la vida a manos de la dinámica del capital (…), mundo caracterizado por un capitalismo integral y una mercantilización ilimitada (…) en que el amor “de ser un vínculo de solidaridad y antiutilitarismo, gratuito, donativo y ético, pasa a ser una mercancía de libre consumo para sujetos solitarios (…); el amor mercantilizado se degrada al rango de goce instantáneo…”; “las relaciones de amor han sido sustituidas por las efímeras prestaciones ocasionales, por el consumismo erótico” (págs. 15-18).

+ “el neolibertinaje erótico es, pues, una variante superestructural del neoliberalismo económico (…); el poder neolibertino aspira a desmontar la familia como fundamento de la vida ética, como célula relacional impermeable al consumo…” (pág. 26)

+ “la gendercracia tiene como objetivo crear un modelo humano unisex, infinitamente manipulable…La familia como baluarte de la vida ética (…) queda aniquilada” (pág. 28)

+ “el precariado laboral corre parejo con el nuevo precariado sentimental de los individuos desarraigados en la esfera emocional” (pág. 107)

+ “el vínculo amoroso es destronado por el libre intercambio del plusgoce entre individuos que hacen negocios con su capital erótico (…) el acto sexual es a todos los efectos el análogo del acto de consumo …suelto de toda perspectiva a largo plazo, con el único objetivo de provocar un goce instantáneo y sin consecuencias para el individuo (…) La relación amorosa es rebajada a mera relación sexual (…) cada cual es reducido a su función económica individual de productor y consumidor de mercancías-placeres…” (págs. 114-115).

+ “el ataque contra la institución ética de la familia es una constante del bloque histórico del capitalismo y de su furia destructiva destinada a socavar la raíz ética del amor impermeable a las prácticas del consumo” (pág. 118)

+ “Como en el reino del consumo, también la variante del consumismo erótico, el discurso dominante liberal-libertario promete abiertamente la satisfacción de los deseos y persigue secretamente lo contrario. De hecho, el consumidor tiene que sentirse siempre insatisfecho, debe confiar que solo el ciclo de consumo de mercancías y goces puede asegurarle la satisfación …” (pág. 160)

+ califica 1968 como “año de la emancipación no del capital sino para el capital” (pág. 184)

+ “Si la familia implica, por su naturaleza, la estabilidad afectiva y sentimental (…), su destrucción resulta plenamente coherente con el proceso de precarización de las vidas (…). En palabras de G.K. Chesterton, nunca se dirá lo suficiente que lo que ha destruido la familia en el mundo moderno ha sido el capitalismo” (pág. 196).

+ “la desintegración de la familia monógama está unida indisolublemente a la disolución de la estabilidad laboral: eliminando la estabilidad laboral a través del precariado, el globalismo competitivo de los mercados impide, de hecho, que el núcleo familiar burgués clásico se constituya. Si no hay estabilidad profesional o contractual no puede haber estabilidad sentimental centrada en el matrimonio y en la vida ética familiar” (pág. 236).

+ se refiere a la “ideología planetaria de género” y afirma que la “gendercracia promete la liberación de los individuos pero, en realidad, promueve su subsunción integral bajo las leyes del capital” (pág. 251)

Diga lo que diga Fusaro sobre sí mismo, es evidente que no es marxista; aunque sea hipercrítico contra el moderno capitalismo financiero que amplía sus mercados a los campos de la ética humanista tradicional, sustituyéndola. Su aprecio y acuerdo con el pensamiento antropológico de Platón, Aristóteles, Agustin y el Aquinate (a quienes cita con profusión y acierto) lo prueba, así como sus análisis sobre la condición sexuada humana y la naturaleza del amor, el matrimonio y la familia que expone brillantemente en las partes quinta y sexta del libro (págs. 257 y ss.) a la par que hace una crítica demoledora de la ideología de género. Concluye el libro presentando el matrimonio y la familia como la solución revolucionaria que necesita nuestra época (cfr. pág. 406).

Benigno Blanco