Los españoles nos gastamos varios billones de pesetas en las Fuerzas Armadas, los Cuerpos de Seguridad del Estado, el CNI, el cuerpo diplomático, la participación en organismos militares internaciones, etc…

Este gasto, que constituye un gran sacrificio para el pueblo español, especialmente en estos tiempos de crisis, pues se paga con el dinero que se retrae de los bolsillos de los ciudadanos, y que no se gasta en Sanidad, Educación, Obras públicas, etc… se supone que sirve para guardar la seguridad del pueblo español y servir los intereses nacionales en la Política Exterior.

Empleamos gran cantidad de recurso económicos y arriesgamos la vida de ciudadanos españoles enviando soldados al exterior bajo órdenes extranjeras (Otan, Cascos Azules, etc…)

Toda la “política de defensa” y de “relaciones exteriores” se lleva a cabo bajo las órdenes de las Instituciones de la Nación, principalmente por el Gobierno (como por otra parte parecería razonable con una clase política normal que cumpliera con su deber) .

Pero los gobiernos de los últimos siete lustros, a pesar de dramatizaciones teatrales (todos recordamos la campaña Otan no), han seguido la misma línea de sumisión a las “organizaciones de defensa occidentales” (que, a pesar del nombre, no defienden los principios de la Civilización Occidental sino que sirven los intereses del “Nuevo Orden Mundial”).

Este seguidismo y servilismo a intereses exteriores, en vez de a los españoles, este gasto de recursos económicos, se supone que ha tenido como resultado permanecer en paz y salvaguardar las vidas y haciendas de los españoles de hipotéticos enemigos exteriores.

Pero ello no ha evitado la muerte de millones de españoles, el exilio interior de cientos de miles, la inseguridad de multitudes, la pobreza de millones de ellos, etc…

La suma de muertos que se han producido en todas las guerras en que ha participado España desde el siglo XV, y han sido muchas, contra enemigos exteriores no llegan, ni de cerca a las victimas que le han producido sus propia clase “dirigente” en los últimos treinta años, con las leyes y actos administrativos favorables al aborto, la manipulación genética, la despenalización de la droga, el apoyo a los nacionalismos terroristas,…

¿Le sirve a los niños asesinados en Madrid, en una clínica con convenio con la Comunidad de Madrid las tropas españolas en Afganistan bajo mandato ONU?
¿Le sirve a un exiliado vasco en el Levante los fondos destinados al proyecto de Alianza de Civilizaciones?
¿Le interesan a los habitantes de muchos barrios aterrorizados por la delincuencia el gasto que supone la participación de la “Fuerza de Acción Rápida” en la OTAN?
¿Tiene utilidad para los pescadores o los habitantes de Ceuta y Melilla, Canarias o Gibraltar el gasto que supone el Ministerio de Exteriores en sus relaciones con Marruecos o Reino Unido?
¿Han servido a los intereses económicos españoles en Hispanoamerica nuestro servilismo y bases hipotecadas a los EEUU?
etc...

El problema es que el principal enemigo de España no es el enemigo exterior, sino que lo componen los políticos del Sistema que tiranizan al pueblo Español, al que desprecian.

El enemigo exterior supone un peligro porque

el verdadero enemigo de España está en los palacios de la carretera de La Coruña y en la Carrera de San Jerónimo, en la Plaza de la Marina y en las calles Génova y Ferraz, cual caballo de Troya

Y ¿de quién han sido víctimas los españoles?

De los intereses de la clase política del Sistema:

De las leyes impulsadas por los partidos políticos, aprobadas por los Parlamentos central y autonómicos ratificadas todas ellos (excepto una[*]), por el actual Jefe del Estado, y de los actos ejecutivos y administrativos de los sucesivos Gobiernos autonómicos y Central,

Y ello ha sido posible por la complicidad de la mayoría de la clase periodística al servico de los media del sistema, que por acción u omisión, en vez de informar a su audiencia y denunciar, han servido las coartadas necesarias para crear una “opinión pública” pasiva.

Sabiendo que el Estado está ocupado por los enemigos de la Nación, la auténtica política de defensa en España está en la voluntad de los ciudadanos que todavía quieren ser libres, en organizarse para dar una alternativa a los españoles y desalojar de las instituciones representativas a los políticos de los partidos del Sistema, que usurpan el Gobierno y la Administración.

Quien sigue apoyando a los partidos del Sistema, consciente o no, es cómplice de éste.

Los votantes de los partidos del Sistema también son enemigos de España y de los españoles:

Hay que ampliar el título de esta anotación:

Los enemigos de España y los españoles también están en todas las calles y plazas de las ciudades y los pueblos de nuestra nación, aunque la mayoría de éstos lo sean de forma inconsciente, pero tan necesaria y letal como la de los inquilinos de los palacios de La Zarzuela y de La Moncloa, la Carrera de San Jerónimo, la plaza de la Marina, y los de las calles de Ferraz y Génova,

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[*]Juan Carlos de Borbón se negó a firmar una ley que regulara los “regalos” a las autoridades Según relata José García Abad en su libro La soledad del Rey respondió a quien se lo propuso: “Qué queréis. Está uno aquí pringando todo el día y encima me pedís que rechace estos detalles…",
Puede verse más información en el artículo de El Siglo nº 629 de Vera Castelló intitulado “Regalos al Rey” http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/temapor2004/629portada.htm