“Hay más de 80 tribunales islámicos que funcionan en el país (Gran Bretaña) y que representan una amenaza para los principios de la democracia, y, en particular, discriminan a las mujeres”, ha declarado el 29 de abril de 2014 la baronesa Caroline Cox de Queensbury, miembro de de los Lores del Reino Unido. [1]
El Estado británico hace dejación de sus poderes y permite que un grupo determinado, el de los islamistas, pueda impartir justicia entre sus seguidores. No sólo es un agravio comparativo hacia otras religiones o comunidades que no sean la anglicana, como la hindú de amplio apoyo entre inmigrantes británicos, sino que permite corroborar a los ojos de los musulmanes la concepción islámica de que “el Islam es la única religión verdadera y el resto de religiones son falsas” y que “los infieles” británicos, de substrato cristiano, se resignan ante “esa evidencia” tan nítida y clara en la cosmovisión islámica.
La cadena de fast food Subway con cerca de 200 establecimientos en el Reino Unido e Irlanda ha eliminado hace unos días el jamón y el tocino en todos los menús ante la “fuerte demanda” de los musulmanes y sólo proporcionan carne halal. [2].
Pero no ha eliminado totalmente la carne de sus platos haciendo caso omiso a los defensores de los animales, los vegetarianos y veganos, de creciente número de seguidores. Sólo se tiene sensibilidad a los islamistas. [2].
NOTAS
[1] Lady Cox spoke of Islamist groups making massive investments in the educational system in in order to alter the institutions to serve their purposes.