Recuerda hoy nuestra iglesia diocesana de Toledo el martirio de dos religiosos. Se trata del beato José Mora Velasco, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y del beato Juan José Caballero Rodríguez, Oblato de María Inmaculada. Los dos sufrieron el martirio en Paracuellos de Jarama el 28 de noviembre de 1936.

José Mora Velasco nace en Córdoba en 1886. Con dos años y medio su padre, guardia civil, fue destinado a Talavera de la Reina (Toledo), donde se educó, entró a estudiar en el seminario de Toledo; se ordenó sacerdote el 12 de marzo de 1910, perteneció a la misma diócesis.

Ejerció su labor pastoral en diversos pueblos de la diócesis: Aldeanueva de Guadalajara y Valdegrudos (1910), Horche 1911), Sayatón y Anguix (1913), Albalate de Zorita (1914), Aldeanueva de san Bartolomé (1916), Recas, Talavera de la Reina, en la parroquia de Santiago y como capellán de las Hermanitas de los Pobres. En la ciudad de la cerámica tuvo frecuente relación con los Hermanos de san Juan de Dios. Ingresó en Ciempozuelos (Madrid) el 9 de julio de 1936 en calidad de aspirante, a los 50 años. Detenido, juntamente con otros 53 hermanos hospitalarios, fue con ellos encerrado en la cárcel de san Antón de Madrid. El 28 noviembre fue fusilado en Paracuellos del Jarama, Madrid. Fue beatificado por san Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992, dentro de un grupo de LXXI Hermanos de san Juan de Dios.

Juan José Caballero Rodríguez nació en 1912, en Fuenlabrada de los Montes, archidiócesis de Toledo y provincia de Badajoz. Pertenecía a la congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI). Era emprendedor, metódico y perseverante en cuanto acometía. Tenía una fuerte inquietud misionera que contagiaba a sus hermanos de comunidad. Hizo su oblación perpetua el 25 de febrero de 1936 y unos meses después recibe el subdiaconado. Su causa está incluida en el proceso del beato Francisco Esteban Lacal y XXII compañeros mártires. Todos fueron detenidos y asesinados, sin proceso ni pruebas ni posibilidad de defenderse, por causa de su fe, y murieron perdonando en diferentes fechas. Se sabe que el grupo del beato Juan José Caballero fue sacado de la cárcel el 28 de noviembre de 1936, conducido a Paracuellos de Jarama, allí los ejecutaron a todos. Fueron beatificados en Madrid el 17 de diciembre de 2011.

El beato Juan José es el primero por la izquierda de la fila de los que están sentados.