A veces, la memoria histórica no es tan justa como parece, pues descarta a varios hombres y mujeres que dejaron una huella positiva en el mundo, personas olvidadas o, en su caso, fragmentadas por el peso de los prejuicios y de las difamaciones. Si hablamos de México, nos encontramos con el caso del general Porfirio Díaz (18301915), quien -no obstante el haberse quedado en el poder por más de treinta años- ha sido el presidente que mejor enfrentó y controló la inestabilidad gubernamental, aunque –en los libros oficiales- sea considerado como la peor tragedia política en la historia nacional. En realidad, hizo que el país creciera en infraestructura, construyendo puertos y vías del ferrocarril, lo que trajo como consecuencia un nuevo empuje comercial y, por ende, económico. Si bien es cierto que retardó demasiado su renuncia a la presencia, provocando diferentes conflictos sociales, no es menos cierto que lo hizo porque el país todavía necesitaba madurar para poder dar paso a la necesaria democracia. Desgraciadamente, esto nunca se ha valorado y hablar sobre su mandato sigue siendo una suerte de tabú en algunos círculos de la opinión pública. Aunque en un campo diferente, España sufre algo parecido respecto al papel que jugó el cardenal Vicente Enrique y Tarancón (19071994), durante el periodo de la transición del régimen franquista a la monarquía parlamentaria. Fue él quien hizo que la Iglesia apostara por la libertad. Lamentablemente, se han dicho muchas cosas equivocadas sobre su vida y obra, olvidando que fue un hombre plenamente identificado con la fe. De hecho -gracias a sus contactos y gestiones- evitó que se derramara más sangre ante el inminente cambio en la forma de gobierno.

Todo esto nos lleva a concluir que si queremos ser personas coherentes; es decir, cuya palabra se vea sustentado en los hechos, no faltarán críticas, difamaciones y toda clase de incomprensiones; sin embargo, vale la pena con tal de hacer algo significativo por el mundo. Busquemos que la memoria histórica en todos los temas y las áreas sea tratada con mayor objetividad.