Año del Señor 2024 

10 de febrero
 
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.  
 
LA META
 
Me regalaron un reloj de los que cuentan los pasos que das a lo largo del día. Nunca había utilizado uno y vi que se podía poner una meta a la que llegar: puse 10,000 pasos al día.
 
El primer día, me olvidé de ello y me dediqué a estudiar. A la hora de cenar aún me faltaban 2,000 pasos para llegar. ¡Lo tenía que conseguir! Me levanté a servir, a recoger los platos, iba por el refectorio haciendo “zigzag” para alargar el camino... Hacia todo lo que supusiera dar más pasos.
 
Pero no... No llegué.
 
Fue entonces cuando me di cuenta de que tener la mirada en mi meta no me había hecho conseguirla como y cuando yo quería. Pero a pesar de que había pasado el día sentada, volver la mirada a ella hizo que me pusiera en camino y esto tuvo sus consecuencias: ayudé a servir, a recoger la mesa, fui a por el pan, barrí la sala, hice un recado...
 
Todas las consecuencias que se derivan de querer alcanzar algo son maravillosas. Tener un para qué no hace que puedas conseguirlo, sino que sepas hacia dónde caminas.
 
¿Nuestro corazón? Solo lo tenemos que configurar para santidad, sin confundirla con ser perfectos, con alcanzar los pasos que queremos nosotros. La santidad es vivir de Cristo, con la mirada y el corazón en Él y dejar que Él guíe nuestros pasos...
 
Unos darán muchos, otros daremos pocos, pero siempre caminaremos en el Amor. Porque los pasos que cuentan muchas veces se construyen desde el perdón, desde caernos y levantarnos dando la mano al Señor... Sabemos hacia dónde caminamos, pero Él pone la meta cada día y nos va llevando. Cristo solo necesita que le miremos y Él va haciendo el resto. Es Él el que te sugiere.
 
Hoy el reto del amor es que configures tu corazón hacia la santidad. Pon una cruz en tu bolsillo o en tu mesa que te recuerde hacia dónde caminas. Santo, como eres, como estás. En tus fuerzas no puedes, pero Él lo va a hacer en ti.
 
VIVE DE CRISTO
 
 
¡Feliz día!