Díganme si este diálogo que reproduzco a continuación no responde a lo que por ahí (entre cristianos) se piensa:

-        - Oye, ¿tu cuál crees que es la señal del cristiano?
-         Pues... ¡la Cruz!
-         No hombre, me refiero a  la señal para reconocer que eres cristiano
-         Bueno…. (duda)…  ¿ir a  Misa los domingos?
-         Que no hombre, que no. Me refiero a esa señal por la que Jesucristo dijo que los demás reconocerían que somos cristianos…
-         ¡Ah ya!  te refieres a lo de poner la otra mejilla y eso… ¿no?
-         Déjalo, anda...

¿No es verdad que es corriente esta manera de pensar? Sin embargo la respuesta a esta pregunta está en el  Evangelio y la da el mismo Cristo. Se lee en  San Juan 13, 34-35:

“Os doy un mandamiento nuevo: amaos  los unos a los otros. Así como yo os he amado, amaos   también vosotros los unos a los otros. En esto todos reconocerán que sois mis discípulos: en el amor que os tengáis los unos a los otros”

No es una frase cualquiera. Nos la dijo Cristo en su ultima cena antes de morir… y se comprende que Nuestro Señor, sabedor de ello, escogió sus mensajes esa noche para recordarnos lo importante, lo que no nunca deberíamos olvidar

Y lo que dijo no fue “Amad a la Humanidad, ni sed buenas personas, ni no robad, ni matad, ni toleraos, ni sed solidarios... Sino que lo que dijo a sus discípulos (estaba ya sólo con los once, Judas se acababa de marchar) fue: “Amaos los unos a los otros…” (es decir, entre vosotros los cristianos). Y para que supiéramos cómo, nos indicó el modelo: “… así como Yo os he amado”.

Y nos señaló: “En esto reconocerán que sois mis discípulos: en el amor que os tengáis los unos a los otros “.

La cuestión es que si decimos ¡vamos a contar cuántos cristianos hay hoy en España! Y para examinar quién tiene esta señal nos situamos un domingo, por ejemplo, a la salida de misa de las parroquias, que es donde se supone que podemos encontrar con seguridad a los  cristianos, ¿cuántos tendrían la señal?, ¿cuántos cristianos contaríamos? Sabemos que serían muy, muy pocos. No digo que no haya entre ellos cristianos esforzados, incluso heroicos, pero ¿con la señal? Si preguntamos a los que salen ¿A quién amas de los que salen contigo? ¿Nos dirían que aman a alguien diferente de su mujer, de sus hijos, de su familia…?

¿Entonces?

¿Es posible que nos hayamos desviado tanto?

Porthos