Pasarse la vida hablando y teorizando sobre la Nueva Evangelización es tontería si no se producen conversiones. Hablar se nos da muy bien a todos y tanto la Teología como la pastoral dan suficiente de sí para escribir tomos y tomos o dar parrafadas interminables. Nada nos gusta más a los curas que "colocar" nuestros rollos. A mí por lo menos. Por eso hoy tengo la alegría de poder testimoniar la primera conversión en mis parroquias desde que hemos empezado a poner en marcha  iniciativas concretas de Nueva Evangelización.

Ha sido en el Curso Alpha, que empezamos allá por octubre y que ya está acabando. Fue durante la séptima reunión. Tuvimos como siempre una estupenda cena. Los pasamos genial y nuestros invitados, quince, están encantados. El ambiente es fenomenal. Lo que más les gusta es sentirse acogidos y no juzgados por nadie. Les chifla poder decir lo que quieran sin que nadie les corrija o les "adoctrine". La charla de ese dia a mi no me gustó especialmente. El tema era "¿Cómo puedo resistir el mal?". El caso es que a la semana siguiente, después de la octava charla, "¿Cómo y porqué contárselo a otros?", Alejandra nos sorprendió a todos con su testimonio. Ella es estudiante de fuera de Madrid y ha sido una amiga suya, Macarena, novia de Juanma, que es de la parroquia, quién la ha invitado al curso. Nos contó que hasta entonces, a pesar de estar muy a gusto y pasarlo muy bien, no había sentido nada especial en la charlas. Tampoco pudo venir al fin de semana del Espíritu Santo, que es el momento más fuerte del curso. El caso es que, según dijo, en la charla sobre el mal el Señor le reveló su pecado y le ofreció su infinita misericordia. Al día siguiente se confesó, después de muchos años, y desde entonces, decía, estaba segura de la Presencia del Señor consigo.

Nos contó que había sido educada religiosamente por su familia pero que había abandonado la Iglesia en la adolescencia y desde entonces no había vuelto, aunque últimamente estaba en búsqueda de algo en su vida. Nos contaba entre emocionada y divertida que había encontrado al Señor en Alpha. Digo divertida porque no paraba de hablar y reirse de felicidad. Nos contó que al hablar en su casa de lo que le había pasado pensaron que se había vuelto loca y que si se estaba metiendo en una secta, ¡típico!. A los discípulos después de Pentecostés los tomaron por borrachos. Pero no, ellos sabían que estaba sucediendo lo que había profetizado Joel y es que el Señor había derramado el Espíritu Santo sobre toda carne. Y así también interpretamos nosotros lo que le ha ocurrido a Alejandra. Gloria al Señor. La Nueva Evangelización está sucediendo.

Otros participantes del curso Alpha de mis parroquias están experimentando un acercamiento al Señor, pero todavía no me siento autorizado a contarlo. Sobre todo los que también estamos siendo evangelizados somos los que estamos dando el curso, unas veinte personas. Testimonios en directo como el de Alejandra te fortalecen la fe y reafirman la llamada a evangelizar.