Estoy convencido, hablo desde la experiencia. La fe bien contada, es decir, explicada adecuadamente, sigue despertando interés e inquietudes sin importar el punto geográfico de que se trate. Aún en los lugares más secularizados se puede conseguir una mejor comunicación del Evangelio.

  Propongo tres vías para comunicar aquello que Jesús ha dejado en las Sagradas Escrituras para el mundo de hoy:
 
Testimonio: Es la principal estrategia que se puede tener. Si somos coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos, contaremos con elementos concretos para dar a conocer al cristianismo, recuperando credibilidad. Como dicen en México, “la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra”.
 
Arte: Aunque no falta quien se opone a la belleza artística de las grandes e imponentes basílicas por considerarlas poco austeras, lo cierto es que la arquitectura es capaz de despertar una gama importante de ideas, sentimientos y actitudes. Así lo pensó el Siervo de Dios José Gaudí al proyectar la Sagrada Familia de Barcelona. Hoy por hoy, millones de personas entran en contacto con la catequesis a través de las diferentes obras que forman parte de la cultura católica.
 
Tecnología: Si bien es cierto que no se trata de saturar a las personas hablando siempre de lo mismo, es un hecho que las nuevas tecnologías y las redes sociales, son medios para dar un mensaje positivo inspirado en los valores cristianos que buscamos llevar a la práctica. Subir de vez en cuando algún pensamiento de un santo o de una santa, puede servir como punto de partida. Desde luego, no se trata de llenar el muro o el perfil con un sinfín de imágenes religiosas. Recordemos que más que cantidad tenemos que hacerlo con calidad y de forma escalonada.
 
Está en nuestras manos la posibilidad de mejorar la comunicación que existe entre el mundo y la fe. Se trata de estrategias sencillas, creativas y en su mayoría al alcance de todos.