Hoy es San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa. Estos santos, que eran hermanos, son conocidos como los apóstoles de los eslavos, puesto que evangelizaron Europa central. Las crónicas destacan de ellos que se adaptaban a todo lo que encontraban, incluso yendo a contracorriente, para lograr su objetivo. Para ejemplo, el cirílico, alfabeto inventado por San Cirilo para que los oriundos de la zona pudieran leer la Biblia.

Muchas veces hemos leído o comentado que Europa está descristianizándose, que reniega de sus raíces cristianas, que se han perdido los valores. Y, en parte, es verdad, esto está ocurriendo. Pero echar la culpa a “Europa” sin más es ponerse una venda en los ojos, porque Europa en sí no es nada. Europa son personas. Y son las personas las que van bien o mal, y en función de ellas Europa va bien o mal. Valga el reciente ejemplo de Hungría y su nueva Constitución para comprobar cómo las personas pueden cambiar las cosas a mejor.

Los dos santos no dijeron en su día “Qué mal está la cosa” y se sentaron a protestar, y eso que por entonces la cosa estaba mucho peor que ahora. Más bien se remangaron, le dieron al cerebro y se pusieron manos a la obra. San Cirilo y San Metodio lo tenían claro y se lanzaron, con inteligencia, a por las personas, empezando por ellos mismos. Y ahí está el resultado cosechado entre los dos. Pues nosotros, que ahora somos millones…

Aramis