El jueves, 2 de febrero, la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada, cuyo cartel nos muestra este año, destacado en la parte superior y en primer plano, el rostro de Cristo, con su cayado de Buen Pastor, diciendo: "Ven y sígueme". Abajo, las siluetas difuminadas de grupos de religiosos y religiosas caminando entre altos edificios de la ciudad. Miremos con especial cariño nuestros conventos y monasterios como "oasis vivientes de espiritualidad", como "manantiales de luz y de esperanza", como "comunidades de fraternidad, habitadas por la Trinidad". Y al hilo de nuestra mirada, diez pinceladas.

1. La Vida Consagrada pertenece de manera indiscutible al núcleo más profundo de la vida de la Iglesia.

2. "Nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida" ("Verbum Domini, 83).

3. "El encuentro personal con Cristo debe testimoniarse en vuestras vidas y cobra especial relevancia hoy, cuando se constata una especie de "eclipse de Dios". (Benedicto XVI, en El Escorial).

4. "La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo" (Benedicto XVI).

5. "Gracias por vuestro "sí" generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado" (Benedicto XVI).

6. En nuestras manos está: acoger a los monasterios, valorarles y agradecerles sus servicios a la pastoral.

7. "Los religiosos son, por vocación, buscadores de Dios".

8. Y por eso, gustan de los ratos de oración, de vivir al amparo del Altísimo, a la sombra de lo divino.

9. En Yuste, hace años, un monje susurraba: "Voy al Sagrario a observarme".

10. Y en Silos, el maestro de novicios, padre Moisés Salgado, auguraba hermosos horizontes para la vida contemplativa.