Año del Señor 2024 

3 de enero 
 
Buenos días hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
 
A BELÉN PASTORES DEBEMOS MARCHAR.
 
Estos días de Navidad, es tradición que, mientras comemos en el refectorio, escuchamos villancicos. Las mesas, están con motivos navideños y velas y, ayuda mucho para actualizar el Misterio del Hijo de Dios, nacido en Belén. Los villancicos populares son los que más nos gustan y no nos cansamos cada año de acogerlos con alegría.
 
Pero hay un villancico que siempre que lo oigo, cada año, me hace estremecer, como si me llegara un toque de gracia que Dios quiere regalarme haciéndome comprender y amar el Misterio de nuestro Dios que se hizo Carne. Y, es como sigue, en una de sus estrofas: 'En el portal de Belén, nace un clavel encarnado. Qué por redimir al mundo, se volvió lirio morado.' Es como muy simple lo que dice, pero a mí, me parece tan profundo que, como digo, me hace estremecer ante este Niño tan frágil y tan bello: así como un clavel encarnado que nadie ha tocado aún y conserva su natural belleza y pureza y toda su fragancia es parte de esta belleza: ¡Corramos, tras el olor de tus perfumes! Que dice la Palabra de Dios, en el Cantar de los Cantares.
 
Es tan atractiva, esta flor!... Pero, de repente, abruptamente, nos dice que esta Hermosura, ha nacido para redimir al mundo de su fealdad y pecado. Y, en este cambio tan drástico, 'se volvió lirio morado'. Yo sé muy bien lo que es un lirio morado, porque crecen en primavera en los jardines del monasterio. Como es criatura de Dios, es bellísima, pero se muestra con un color que nos habla de dolor y de muerte: el color morado. Así lo interpretó siempre, el sentido común del pueblo…
 
¿Cómo es posible tal transmutación? ¡Y, sólo se responde!: ¡¡¡Porque nos ama!!! ¡Este salto vertiginoso de Amor, me toca muy hondo en el corazón! Un sentimiento de pena y compasión, me invade hasta las lágrimas! ¡Y, yo no estoy preparada cada año, para poder hacer esta oración que, creo, el Espíritu Santo provoca en mi alma! Aquí, se ve con claridad que, la inspiración popular, encierra en sus entrañas grandes Misterios que, si nos hacemos como niños, el Señor fácilmente nos comunica toda su Bondad y Amor, ¡aún en las cosas más pequeñas!
 
Hoy, el reto del amor, es pararte ante un Belén y cantar al Niño Dios un villancico que sepas. Y, cuanto más simple mejor. ¡Espera la gracia de Dios, que llega a ti, con tus canciones de amor al Niño Jesús!
 
VIVE DE CRISTO
 
¡¡¡Feliz Navidad!!!