Con humor y cordialidad, vuelven a juntarse en Córdoba, Argentina el obispo auxiliar, Pedro Torres, y el rabino Marcelo Polakoff, para cantar juntos una canción para celebrar Janucá y Navidad.

Este año han elegido versionar con desenfado la Quinta Sinfonía de Beethoven, con la producción musical de Fernando Israilevich y la audiovisual de Daniel Arceri. "Beethoven, perdónanos", son las primeras palabras del vídeo musical.

"Quiero brindar por mi Señor que nace hoy en Navidad, con Él renace nuestra esperanza, desde un pesebre que ilumina y nos llega de alegría bendición y armonía con amor", canta el obispo.

"Ay qué emoción, la Navidad. Para nosotros Janucá tiene un sentido similar, llega la luz que anuncia que vale más la libertad cuando se vuelve pluralista", canta el rabino.

Y después cantan al unísono: "Qué buenas nuestras fiestas, suceden en diciembre y es una buena excusa para celebrarlas juntos, cada uno con su esencia, respetando la del otro, valorando, abrazando y apreciando la hermandad".

La fiesta de Janucá

La fiesta judía de Janucá (o Hanuká) no se menciona en la Biblia. Conmemora la victoria de los judíos macabeos contra los griegos paganos en el s.II a.C., cuando consiguen expulsarles y restaurar el templo profanado. No es una fiesta "muy pluralista": el Señor Dios de Israel no admitía la pluralidad de dioses griegos que habían metido en su templo santísimo.

La tradición cuenta que en el templo había quedado una menorá (candelabro de 7 brazos) con aceite suficiente solo para una noche, pero cuando los judíos la encendieron para retomar el culto, Dios milagrosamente hizo que durara 8 días. Así, se celebra como una fiesta de luz en pleno invierno (las fechas exactas cambian cada año debido al calendario lunar hebreo).

Tradicionalmente consistía en encender las luces, con algunas recetas de comida particular y oraciones en casa, pero en el siglo XX en el contexto rico y consumista de Estados Unidos, al coincidir con Navidad, muchas familias aprovecharon para hacer grandes reuniones familiares y entregar regalos (y el mundo comercial así lo incentivó), adoptando elementos de la Navidad consumista.