El pasado 11 de junio, Jueves de Corpus Christi, las habituales procesiones de Corpus en todo el mundo católico quedaron muy reducidas o limitadas debido a las medidas de prudencia o cuarentena para contener las infecciones por coronavirus, pero pastores y feligreses buscaron modos de acercar a Cristo Sacramentado a la población.

En Managua, en la entrada del hospital Monte España, numerosos médicos, enfermeras y sanitarios recibieron de rodillas al Santísimo, todos ellos con sus mascarillas y muchos con sus trajes de protección.

Improvisaron un altar en uno de los muros del hospital y a varios sanitarios se les vio llorar y emocionarse. El sacerdote Camilo José Díaz Acuña, párroco de la iglesia Santa Marta de Managua, montado en la cabina de una camioneta, les mostraba el ostensorio donde se resguarda la ostia sacramentada en la solemnidad de la bendición.

La Iglesia, con los sanitarios

El párroco explicó al diario nicaragüense La Prensa que la parroquia quería expresar a médicos y enfermeras su agradecimiento y apoyo, que «sepan que la Iglesiareza por ellos a Dios» para que les fortalezca la batalla por salvar las vidas de los pacientes afectados por la pandemia del Covid-19.

«Los primeros héroes que tenemos que apoyar y animar, fortalecerlos en la fe a los médicos y a todo el personal sanitario. Por eso, aprovechando la solemnidad del Corpus Christi, era una bonita manera de llegar a ellos y que supieran que no están solos, que la Iglesia está orando por ellos y muestra es llevarles el Santísimo», explicó el sacerdote, que conoce al equipo del hospital porque es capellán allí.

Acercarse a la gente confinada

«Bajo las circunstancias que estamos viviendo del distanciamiento social, del confinamiento donde las parroquias están cerradas para evitar la pandemia, tenemos que buscar alternativas para acercarnos a las personas, poder llevarles obras de esperanza y consuelo», dijo el sacerdote, que es párroco de la iglesia de Santa Marta.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha encargado que todos los sacerdotes celebren las misas sin la presencia de fieles, para evitar la propagación del Covid-19.

«Como Iglesia hemos llamado a la población a cuidarse, protegerse, a la autocuarentena porque vivimos en un país donde no hay autoridad que lidere, que oriente para que nuestra gente se proteja y se evite, no solo las muertes, sino el contagio», dijo el padre Díaz.

La crisis de la pandemia del coronavirus en Nicaragua ha colapsado los hospitales públicos y privados, de donde a diario salen los cadáveres para ser enterrados con rapidez. Los sanitarios a menudo carecen de equipos de protección.