Iquitos es un vicariato apostólico, un territorio de misión en la selva amazónica de Perú, que hace 50 años tenía 2 docenas de sacerdotes para atender a unas 200.000 personas, y hoy tiene tres 3 docenas para atender a casi 1,2 millones de personas repartidas por un enorme territorio selvático, del tamaño de Andalucía y Murcia juntas.

Les ayudan unos 30 religiosos y unas 60 religiosas, la mayoría ligados a la familia agustina, que está al frente de este territorio desde hace 120 años. La ciudad de Iquitos (480.000 habitantes) es considerada la mayor ciudad del mundo sin acceso terrestre (se llega por avión o por barco fluvial), entre otras curiosidades

Ese es el rebaño que tiene que pastorear ahora como obispo el veterano misionero agustino español Miguel Ángel Cadenas, de 55 años, que lleva en la zona desde 1994. El Papa acaba de designarlo para esta tarea.

La prensa regional de León destaca su origen en el pueblo de Laguna de Negrillos y que se convierte así en el único obispo leonés en el extranjero actualmente en ejercicio, tras las muertes recientes de Félix del Blanco, de Morgovejo (que había sido incluso limosnero papal) y de Segismundo Martínez, de Acebes del Páramo, que había sido obispo de Corumbá, Brasil.

En su pueblo natal de Laguna de Negrillos aún vive su madre y otros familiares, mientras su padre falleció hace ya un par de años, señala La Nueva Crónica.

Miguel Ángel Cadenas llevaba desde 2015 como párroco del hermoso templo de la Inmaculada Concepción.

Iglesia de la Inmaculada Concepción en Iquitos, de los misioneros agustinos

En los últimos meses, se volcaba en la luchar contra el coronavirus. Hace apenas un mes advertía: «En la ciudad está muriendo muchísima gente por falta de oxígeno, estamos en una situación crítica, y se está extendiendo. Por ejemplo, ya está pasando en Nauta. Había algunos casos de Covid, pero ahora ya se reportan infectados a un ritmo altísimo».

Cabe recordar que en los primeros meses de la pandemia en 2020 el Vicariato de Iquitos hizo el esfuerzo de donar 4 plantas de oxígeno al Gobierno regional (3 en Iquitos y 1 en Nauta). Fue posible por el apoyo de las ONGs de la familia agustina en España y Perú: Iquitanz, CEBU, Villanueva, Puente Solidario, Agustiniana y la Fundación REDA.



Desde entonces la situación empeoró y las autoridades no aportaron más servicios de oxígeno para enfermos. Tampoco fueron eficaces en mantener los equipos previos. «Ahora el consumo de oxígeno para los infectados es el doble de lo que se produce, y no han previsto nada. La gente literalmente se está ahogando», advertía el misionero. El vicariato está recolectando donativos para abrir otra planta de oxígeno.